El gobierno de Bolivia reanudó conversaciones con líderes de la
oposición después de que una profunda crisis política desatara violentos
disturbios, que resultaron en una declaración de la ley marcial.
El domingo pasado funcionarios gubernamentales dijeron que por lo menos 28 personas perecieron en los enfrentamientos de la semana pasada entre partidarios del gobierno y de la oposición.
El Ministro del Interior, Alfredo Rada, anunció el nuevo saldo de muertes después de hallar más cadáveres tras los enfrentamientos ocurridos el jueves en la norteña provincia de Pando.
Líderes sudamericanos se reúnen este lunes en Chile, en una cumbre de emergencia para tratar de encontrar una solución a la situación.
La crisis comenzó cuando partidarios de prefectos de derecha dispararon contra campesinos pro gobierno.
La matanza ocurrió durante una protesta sobre las propuestas reformas constitucionales del presidente boliviano Evo Morales.
Morales acusó al prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, de ordenar la masacre. Fernández niega haber tenido que ver con los hechos de violencia.
La violencia obligó a Morales a declarar ley marcial en Pando y enviar tropas para tomar el control de Cobija, la capital provincial.
La semana pasada, el presidente boliviano expulsó al embajador estadounidense Philip Goldberg, acusándolo de instigar protestas.