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Estudio: COVID-19 podría borrar avances contra el SIDA, tuberculosis y la malaria


La pandemia del coronavifrus ha impactado la ejecución de programas contra el SIDA, la ruberculosis y la malaria.
La pandemia del coronavifrus ha impactado la ejecución de programas contra el SIDA, la ruberculosis y la malaria.

Las ondas expansivas del COVID-19 podrían aumentar sustancialmente las muertes por SIDA, tuberculosis y malaria, según un nuevo estudio.

La pandemia está alterando los servicios a controlar estas enfermedades en país con ingresos medianos o bajos. Autoridades de salud están preocupados con el retroceso que pueda haber en el progreso contra esas enfermedades que tomó años.

"Nos parece que una parte importante de minimizar el impacto de la epidemia del coronavirus en estos países será mantener los servicios para esas enfermedades claves”, dijo el profesor de Salud Global, Timothy Hallett, de la Universidad Imperial de Londres, y quien fue coautor del nuevo estudio.

Los expertos han visto este fenómeno anteriormente. En otras epidemias, la gente evitó buscar atención médica por miedo de la enfermedad en brote, y los abrumados servicios de salud pública no han podido ofrecer los servicios.

Un estudio estima que la alteración de los sistemas de salud pública en el brote de Ébola en 2014 y 2015 en el oeste de África, pudo haber resultado en más muertes por SIDA, tuberculosis y malaria, que del Ébola en sí.

El COVID-19 ya ha afectado el 85 por ciento de los programas para el SIDA, el 78 por ciento de los programas para la tuberculosis, y 73 por ciento de los programas contra la malaria, administrados por el Global Fund, una alianza público-privada organizada para combatir esas enfermedades.

Decisiones difíciles

Hallett y sus colegas usaron modelos matemáticos para estimar cómo distintos escenarios del COVID-19 podrían afectar los sistemas de salud, y cómo esos impactos podrían afectar a pacientes con SIDA, tuberculosis y malaria.

No tomar acción conduce a que el COVID-19 sobrepase los servicios de salud y altere el suministro de servicios para esas otras tres enfermedades.

Los autores de los modelos matemáticos predijeron que las alteraciones interrumpirían el acceso a medicamentos antivirales para pacientes de SIDA, aumentando el número de muertes por hasta un 10 por ciento en los próximos cinco años. La interrupción del suministro de mosquiteros impregnados de insecticidas aumentaría las muertes por malaria en hasta un 36 por ciento.

Por otra parte, un confinamiento total podría controlar el COVID-19, pero afectaría los servicios para estas otras tres enfermedades, especialmente la tuberculosis. Las muertes por tuberculosis son las que más aumentan según este escenario en un 20 por ciento en los próximos cinco años, al aumentar el contagio por parte de pacientes que no habrían recibido sus tratamientos médicos.

"Nuestros resultados subrayan las extraordinariamente difíciles decisiones que enfrentan los legisladores”, escribieron los autores del estudio. “Si las intervenciones no son bien manejadas, podrían conducir a un pico enorme de muertes por otras causas”.

Retroceso de los logros

El aumento en la tasa de mortalidad, “podría potencialmente ser aún peor de lo que este estudio sugiere”, posiblemente sobrepasando el saldo de muertes por COVID-19 en algunos países, dijo el jefe de Global Fund, Peter Sands, en un comentario adjunto al estudio.

"En países severamente afectados por el SIDA, tuberculosis y malaria, el COVID-19 podría resultar en el retroceso de avances que costaron años de arduo trabajo”, escribió Sands. “No podemos permitir que eso suceda”.

Los programas están apresurados por ajustarse. En algunos lugares, los pacientes de SIDA pueden recoger sus medicamentos en farmacias comunitarias en lugar de tener que viajar a una clínica. Las farmacias también permiten que una persona recoja las recetas de varios pacientes. Los programas contra la malaria están comprando motocicletas y accesorios de protección para que los trabajadores puedan repartir mosquiteros de casa en casa.

Global Fund estima que necesita unos 29.500 millones de dólares para adaptar los programas para enfrentar las consecuencias del COVID-19.

El coautor del estudio, Hallett, dijo que cambios a los programas son en este caso buenas noticias.

"Estoy optimista porque este estudio está mostrando cuál sería el impacto si no se hicieran ajustes. Pero estamos viendo ajustes y eso es alentador”, dijo.

"Por otra parte, podría ser que el más grande reto al progreso contra el SIDA, la tuberculosis y la malaria ni siquiera se presente este año, sino que venga el próximo año si no está disponible en financiamiento”, agregó.

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