El diario The Washington Post informa en su edición de hoy que un plan para aumentar la ayuda del Banco Mundial a las naciones pobres, está estancado por una disputa sobre cómo distribuir los fondos.
Tras los ataques terroristas del 11 de septiembre, el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, argumentó en favor de un esfuerzo generalizado para reducir la pobreza mundial y erradicar de raíz las causas del terrorismo.
El plan de trabajo hubiera otorgado a los países pobres aproximadamente 12 mil 500 millones de dólares en asistencia de los países ricos durante un período de tres años.
Sin embargo, el Washington Post dice que surgió una desavenencia entre funcionarios estadounidenses y europeos sobre cómo administrar los fondos. Según el Post, el gobierno de Bush quiere proveer hasta la mitad de la ayuda en subvención en lugar de préstamos. Entre tanto, los europeos se oponen a esa idea, en parte debido a que creen que las naciones pobres están menos propensas a malgastar el dinero si saben que eventualmente tienen que devolverlo.