El peso argentino cerró más fuerte de lo que se esperaba ayer, en el primer día en 11 años que flotó libremente en los mercados cambiarios.
En las primeras transacciones, el peso descendió a 2,30 con relación al dólar, pero se recuperó para finalizar la jornada a poco más de 2 pesos.
Los argentinos hicieron largas filas en las casas de cambio de Buenos Aires para vender sus pesos.
La medida de hacer flotar el peso fue impuesta después que los funcionarios del gobierno pusieron fin a un sistema de tasa de cambio dual, establecido para aminorar el impacto de la devaluación del peso el mes pasado.
La flotación del peso es vista como una medida clave para que el gobierno argentino obtenga ayuda adicional del Fondo Monetario Internacional.