El gobierno de la recién independizada Timor Oriental, juramentó a un gabinete que comenzará la difícil tarea de construir una nación de las ruinas de la guerra y la ocupación extranjera.
Un día después que la ex-colonia portuguesa proclamó formalmente su independencia, su nuevo gabinete asumió el poder en Dili, la capital.
Luego, el parlamento de Timor Oriental, compuesto de 88 miembros, llevó a cabo su sesión inaugural, al aprobar un proyecto de ley que permite que el país se afilie a las Naciones Unidas y a otras entidades mundiales.
Miles de sus habitantes llenos de júbilo tomaron las calles para celebrar la independencia. Pocas horas después, el nuevo gobierno de Timor Oriental tomó juramento, y suscribió un tratado histórico con Australia para explotar las reservas de petróleo que podrían representar miles de millones de dólares para la nueva y emprobrecida nación.