Nuevos estudios muestran que bajar la fiebre de un enfermo de malaria también puede reducir el daño a los órganos, producto de la enfermedad.
Investigadores tailandeses determinaron que los glóbulos rojos infectados con el parásito de la malaria permanecen juntos solo a altas temperaturas, lo cual puede producir una interrupción del flujo sanguíneo. Ello puede conducir a un colapso renal o cerebral, coma, o la muerte.
Los científicos sugieren que mantener baja la temperatura del paciente con aspirina u otros medicamentos podría ayudar a que la sangre fluya a los órganos y evite daños a los tejidos.