La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos bloqueó la ejecución de un asesino esquizofrénico, por incompatibilidad mental del convicto.
A James Colburn le quedaban pocos minutos de vida antes de que se le suministrara una inyección letal, en una prisión de Tejas, cuando le fue otorgada la suspensión de ejecución, ayer por la tarde.
Colburn fué sentenciado por el asesinato de Peggy Murphy, una mujer de 55 años. El la invitó a su casa, trató de violarla y luego la estranguló y mató a cuchilladas. Cuando se dió cuenta que estaba muerta, se entregó a las autoridades.
La Corte Suprema declaró en junio que la ejecución de un asesino retardado mental es inconstitucionalmente cruel. Sin embargo la corte no ofreció protección general para los enfermos mentales.