El Papa Juan Pablo II imploró a los bosnios, serbios y croatas que cicatricen las enconadas heridas de la guerra de la década de 1990 y trabajen por su futuro.
El sumo pontífice celebró el domingo una misa al aire libre para 50 mil feligreses en la república serbia de Bosnia y Herzegovina, y pidió el perdón de Dios por lo que calificó como el sufrimiento y derramamiento de sangre inflingidos por fieles católicos en los países balcánicos.
La ceremonia se llevó a cabo en el sitio de un monasterio destruido, que fue casa de un sacerdote pro-nazi que condujo una masacre de dos mil 300 serbios en 1942.
Este fue el segundo viaje de Juan Pablo II a los Balcanes este mes. Hace dos semanas estuvo en Croacia.