Un enfrentamiento entre efectivos policiales de Israel y fieles islámicos, en la mezquita al-Aqsa, en Jerusalén, terminó en relativa calma.
Más temprano la policía había ingresado en el complejo después que los palestinos, según informó la policía, arrojaron piedras a los judíos que oraban en el Muro de los Lamentos, que se encuentra en la plaza de abajo.
La policía antimotínes entró al complejo de la mezquita y disparó balas de goma, gas lacrimógeno y granadas de aturdimiento para dispersar a la multitud.
Muchos palestinos buscaron refugio en la mesquita y se produjo un enfrentamiento que duró una hora, hasta que la policía aceptó dejar que los palestinos se fueran pacíficamente.
Algunos testigos afirman que más de 10 palestinos fueron arrestados y varios resultaron heridos en el incidente.