Tanto los demócratas como los republicanos están ávidamente buscando los votos de los estadounidenses en el exterior, conscientes de que en una apretada competencia, esos pocos votos podrían ser los decisivos.
Conscientes del fiasco que significó el recuento de votos en 2000, que puso a George Bush en la Casa Blanca, demócratas y republicanos en todas partes, desde Hong Kong hasta Hungría, han lanzado agresivas campañas tratando de atraer a los expatriados.
Con alrededor de tres millones de ciudadanos estadounidense en edad de votar viviendo en el exterior, "es como si representaran el 51er. estado de la unión", dijo Katie Solon, quien nació en Colorado y ahora trabaja en Austria como voluntaria para la organización Demócratas en el Exterior. "Estamos observando un renovado interés" por el proceso electoral, señaló.
Los republicanos, que aseguran dominar el voto en el exterior por un margen de 3-1, se están movilizando para asegurar la reelección de Bush.