Un nuevo estudio indica que Suecia cooperó, mucho más de lo que se había pensado, con las leyes raciales nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
El primer ministro, Goran Perrson, ordenó el estudio, en 2000, en momentos en que el país, considerado neutral, trata de reconciliarse con el papel que desempeñó durante el conflicto.
La investigación, divulgada el martes, señala que la Iglesia sueca procuró impedir el matrimonio entre judíos y alemanes.
También indicó que los periódicos suecos censuraron las criticas a Hitler, a la invasión de Noruega y a informes sobre el Holocausto.
Suecia oficialmente evitó participar a la Segunda Guerra Mundial al permitir que tropas nazis pasaran por el país en ruta a Noruega, y la venta de mineral de hierro a Alemania.
Sin embargo, posteriormente, Suecia dio refugio a judíos escandinavos.