El presidente boliviano Evo Morales puso en marcha un agresivo programa de reforma agraria, otorgando miles de kilómetros cuadrados de propiedad del estado a indígenas sin recursos.
Miles de indígenas se dieron cita, el sábado, en la ciudad de Santa Cruz para la entrega de 60 títulos de tierras como parte de lo que Morales llamó su “revolución agraria”.
La ceremonia tuvo lugar un día después que las conversaciones fracasaron entre el gobierno y terratenientes sobre planes de redistribuir más de las tierras en la empobrecida Bolivia, durante los próximos cinco años.
Varios terratenientes han amenazado con formar grupos para defender propiedades que temen que el gobierno confiscará.
Un pequeño grupo de familias bolivianas posee el 90% de todas las tierras cultivables del país.