Fuerzas de seguridad patrullan las calles de Bangkok, la capital tailandesa, en estado de alerta después que una serie de explosiones dejaron a tres personas muertas y 38 heridas durante el fin de semana de fin de año.
Soldados y policías están en guardia este martes en el nuevo aeropuerto internacional de la ciudad, terminales de autobús y estaciones de tren para prevenir que se repita la ola de explosiones ocurrida el domingo, la cual obligó a la cancelación de las celebraciones de Año Nuevo.
El gobierno militar culpa de los ataques a ex políticos que perdieron poder en un golpe pacífico en septiembre pasado.
El primer ministro, Surayud Chulanont, dijo que es poco probable que las explosiones estén relacionadas a la insurgencia islámica en el sur de Tailandia.
Chulanont no mencionó específicamente al depuesto premier Thaksin Shinawatra, pero observadores políticos ven sus comentarios como una señal de que las investigaciones podrían dirigirse hacia el ex líder.
El abogado de Thaksin niega que su cliente tenga que ver con los ataques.