Una corte de Londres condenó a siete hombres a por lo menos 26 años de cárcel después de declararlos culpable de participar en un complot para detonar explosivos en Gran Bretaña y los Estados Unidos.
Seis de los sospechosos se declararon culpables en abril, de conspirar con el líder de al-Qaeda, Dhiren Barot, para causar explosiones con el objeto de poner en peligro la vida de personas.
Barot fue condenado a cadena perpetua el año pasado después de admitir que él planeó los ataques con bomba.
El séptimo, Quaisar Shaffi, fue declarado culpable el miércoles de conspirar para llevar a cabo asesinatos.
Nacido en India y convertido al Islam, Barot planeó colocar coches bomba en estacionamientos, y “bombas sucias”, que son explosivos que contienen elementos radiológicos.
Él también admitió conspirar para atentar contra instituciones financieras en los Estados Unidos, incluyendo la Bolsa de Nueva York y el Fondo Monetario Internacional.