El huracán Gustav causó extensos daños en el sur de Estados Unidos, aunque nada comparable a la devastación del huracán Katrina, hace tres años.
Gustav causó la muerte de siete personas en Estados Unidos, obligó a clausurar plataformas petroleras mar adentro e inundó partes de los estados de Luisiana y Mississippi, aunque las autoridades señalaron que la tormenta no fue el desastre que habían anticipado.
Autoridades federales, estatales y locales fueron ampliamente criticadas por su falta de preparación y respuesta ante el huracán Katrina.
Esta vez, ordenaron evacuaciones antes de que Gustav tocara tierra.
Y desde que ocurrió el desastre de Katrina, los sistemas de diques han sido mejorados en Nueva Orleáns, así como los preparativos para un desastre.
Aún así, se anticipa que los daños totales causados por el huracán Gustav llegarán a los miles de millones de dólares.
Aún están en efecto los toques de queda para numerosas áreas dañadas por el huracán.
El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal dijo este martes que el estado derivará a los gobiernos locales la responsabilidad de determinar el momento en que los residentes que huyeron de la región puedan regresar a sus hogares.
Jindal dijo también que un camión de dieciocho ruedas, cargado con agua y alimentos se estacionará en áreas dañadas por la tormenta, para servir a quienes necesitan víveres.
El gobernador de Luisiana informó que las evacuaciones fueron exitosas y subrayó que las autoridades no han recibido muchos llamados para misiones de búsqueda y rescate.
Mientras, en Washington, el presidente George Bush dijo que los efectos de la tormenta sobre la producción petrolera demuestran que Estados Unidos necesita producir más energía propia y que el Congreso debería aprobar nuevas perforaciones en busca del combustible.
Meteorólogos en el Centro Nacional de Huracanes, en Miami, han rebajado a Gustav a categoría de depresión tropical.
Se anticipa que la tormenta siga debilitándose a medida que avanza por Luisiana hacia Texas.
Gustav tocó tierra el lunes en Nueva Orleáns, con vientos de 175 kilómetros por hora.