Ana María Cortés, una defensora de los derechos humanos y militante del partido del excandidato presidencial colombiano Gustavo Petro, fue asesinada el jueves en el departamento de Antioquia.
La muerte de Cortés se suma a la de otros 217 líderes sociales que han sido asesinados en el país desde la implementación de los acuerdos de paz con la guerrilla de las FARC, en noviembre del 2016.
Jorge Rojas, coordinador de la campaña de Petro que el 17 de junio perdió las elecciones presidenciales ante el candidato Iván Duque, señaló en diálogo con la cadena radial Blu que Ana María Cortés, de 46 años, fue asesinada por desconocidos que le dispararon mientras estaba en una reunión con varias personas.
Gustavo Petro informó en Twitter que la lidereza asesinada deja dos hijos menores de edad y su madre fue hospitalizada.
Que no se sepa quién mató a Ana María casi es la norma cuando se trata de los líderes sociales. De acuerdo con una investigación de la Fundación Pares, en el 58% de las agresiones o asesinatos a estos líderes no es posible identificar al victimario.
Después de su visita con el vicepresidente Mike Pence, el presidente electo de Colombia, Iván Duque, expresó su repudio por hecho y su anhelo de que estos crímenes sean esclarecidos pronto y que sus responsables sean sancionados.
Duque dijo además que en su gobierno estará “trabajando intensamente por la protección de todos los líderes sociales, de todos los líderes políticos… y que los responsables de esos delitos sean llevados a la justicia y tengan también una sanción ejemplar”.
El presidente Juan Manuel Santos también rechazó desde Tumaco, al este del país, los asesinatos en los de líderes sociales últimos días y aseguró que se "que tiene que actuar con toda la contundencia contra los responsables" y que trabajaría para encontrar a los culpables.
Santos agregó que el próximo martes se reunirá en Bogotá la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad para evaluar la situación.