Las autoridades belgas detuvieron el martes en Bruselas a un hombre que amenazaba con inmolarse con un cinturón de explosivos en un centro comercial de la ciudad.
Tras su captura, las autoridades comprobaron que no tenía explosivos, sino sal y galletas en el interior del dispositivo.
El hombre, identificado solo como J.B., fue detenido para ser interrogado. La fiscalía explicó que tenía antecedentes y un historial de problemas psiquiátricos.
Un segundo hombre, sospechoso de llevar en coche a J.B. hasta el centro comercial, también ha sido interrogado
El suceso provocó que el primer ministro de Bélgica, Charles Michel, convocara a un Consejo Nacional de Seguridad de urgencia y que se cerrara la estación de metro de Rogier, cercana al centro comercial.
Bélgica está en estado de alerta, que supone que un ataque es posible e inminente, desde los atentados extremistas del pasado noviembre en París y los atentados en el aeropuerto de Bruselas y una estación del metro el 22 de marzo.
La vigilancia se incrementó durante la última semana tras una serie de detenciones y redadas policiales vinculadas a supuestos ataques terroristas.
