Crece la preocupación de las comunidades vulnerables en el corredor seco de América Central, debido a las consecuencias climatológicas que afectan a la región, dicen el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En un comunicado, ambas agencias indican que, "Las sequías recurrentes se han convertido en una característica cíclica del cambiante clima de la región", por lo cual hacen un llamado a las autoridades para que "inviertan en el reforzamiento de la infraestructura y mejoramiento de sistemas de alerta temprana y una nueva adaptación de los métodos de producción debido a la versatilidad del clima en la zona".
Producto de la sequía de 2014, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) ha estado brindando en 2015 asistencia alimentaria con un enfoque de resiliencia a unas 240.000 personas, mientras que la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) respondió al implementar 5 proyectos para la rehabilitación de los medios de vida de aproximadamente 80 mil personas, señala el comunicado.
La baja incidencia de lluvias, menor que el año pasado ha contribuido a la declinación en la producción de granos básicos dicen las agencias humanitarias de la ONU.
La FEWSNET, Red de Sistemas de Alerta Temprana para la Hambruna, pronostica que hay un 90% de probabilidad de que el fenómeno de El niño persistirá hasta marzo del 2016.
El PMA y la FAO afirman que en la región del Caribe se está verificando el mismo fenómeno extremo y en la mayoría de los países la producción agropecuaria, así como la disponibilidad de agua potable se está viendo fuertemente afectada.
Las oficinas regionales de la FAO y la PMA en conjunto con agencias especializadas en la seguridad alimentaria y nutricional mantienen un constante monitoreo de la situación para poder desarrollar e implementar planes de acción.
