Debido al alto flujo de inmigrantes que están siendo detenidos tratando de cruzar la frontera, en su mayoría niños sin compañía adulta o menores acompañados por alguno de sus padres, la patrulla fronteriza debe trasladarlos a albergues temporales en otras regiones del país.
En respuesta a esta llamada “urgente crisis humanitaria” el gobierno estadounidense está disponiendo nuevos espacios en diversas partes del país para dar albergue a estos inmigrantes mientras se realiza un adecuado proceso de deportación.
Pero la noticia no ha sido bien tomada por los residentes de las ciudades involucradas. Este domingo se cancelaron dos vuelos que iban a trasladar alrededor de 300 inmigrantes de Texas a California.
Aunque la patrulla fronteriza no ha explicado las razones de la cancelación de vuelos tampoco han descartado que se realicen en cualquier momento.
Gabe Pacheco, portavoz del Consejo Local 1613 de la Patrulla Fronteriza, que representa a los agentes de San Diego, dijo a la agencia AP creer que los vuelos a California se habrían producido si no se hubieran anunciado y que estarían esperando que baje la atención que se tiene sobre el tema.
Desde el 1 de octubre del año pasado la patrulla fronteriza ha contabilizado más de 174.000 detenciones de migrantes en la frontera la mayoría provenientes de tres países centroamericanos.
Las autoridades de inmigración y aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) deciden si las familias con niños pequeños y adultos permanecen en custodia o son puestos en libertad mientras se gestiona su expediente de deportación. I
CE solo cuenta con un centro para familias en Pensilvania con capacidad para 85 camas por lo que ha debido recurrir a otras agencias para pedir refuerzos. También están preparando un centro con 700 camas en Artesia, Nuevo México, pero que no estaría en capacidad para recibir niños solos.
En el estado de Virginia, el pueblo de Lawrenceville se pronunció en contra del establecimiento de un albergue provisional que sería implementado en un colegio comunitario que permanece cerrado.
En respuesta a esta llamada “urgente crisis humanitaria” el gobierno estadounidense está disponiendo nuevos espacios en diversas partes del país para dar albergue a estos inmigrantes mientras se realiza un adecuado proceso de deportación.
Pero la noticia no ha sido bien tomada por los residentes de las ciudades involucradas. Este domingo se cancelaron dos vuelos que iban a trasladar alrededor de 300 inmigrantes de Texas a California.
Aunque la patrulla fronteriza no ha explicado las razones de la cancelación de vuelos tampoco han descartado que se realicen en cualquier momento.
Gabe Pacheco, portavoz del Consejo Local 1613 de la Patrulla Fronteriza, que representa a los agentes de San Diego, dijo a la agencia AP creer que los vuelos a California se habrían producido si no se hubieran anunciado y que estarían esperando que baje la atención que se tiene sobre el tema.
Desde el 1 de octubre del año pasado la patrulla fronteriza ha contabilizado más de 174.000 detenciones de migrantes en la frontera la mayoría provenientes de tres países centroamericanos.
Las autoridades de inmigración y aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) deciden si las familias con niños pequeños y adultos permanecen en custodia o son puestos en libertad mientras se gestiona su expediente de deportación. I
CE solo cuenta con un centro para familias en Pensilvania con capacidad para 85 camas por lo que ha debido recurrir a otras agencias para pedir refuerzos. También están preparando un centro con 700 camas en Artesia, Nuevo México, pero que no estaría en capacidad para recibir niños solos.
En el estado de Virginia, el pueblo de Lawrenceville se pronunció en contra del establecimiento de un albergue provisional que sería implementado en un colegio comunitario que permanece cerrado.
