Una jueza rusa dijo el domingo que un excomandante de policía checheno confesó su involucramiento en el asesinato del líder opositor Boris Nemtsov, mientras las autoridades aún investigan a otros cuatro sospechosos.
Los cinco fueron presentados ante una corte en Moscú y quedaron detenidos mientras se les interroga sobre el asesinato de Nemtsov sucedido el 27 de febrero.
La jueza Nataliya Mushnikova dijo que uno de los sospechosos, Zaur Dadayev, firmó una confesión aunque no se dieron más detalles de su papel en el asesinato. Otro de los detenidos, Anzor Gubashev, negó su involucramiento.
La televisión rusa mostró a Gubashev, que trabajaba para una firma privada de seguridad en Moscú, sentado en una celda sosteniendo un papel sobre su cara para esconderla. Otras imágenes mostraron a policías fuertemente armados escoltando rápidamente a tres sospechosos hasta un pequeño cuarto y encerrándolos en una celda con barrotes.
Además de Dadayev y Gubashev, las autoridades han identificado a otros tres sospechosos: el hermano menor de Gubashev, Shagid, Rmsat Bakhayev y Tamerlan Eskerkhanov.
Mientras tanto las autoridades aseguran que un sexto sospechoso se inmoló con una granada cuando la policía trataba de detenerlo en la capital chechena de Grozny.
Antes de la revelación de la jueza sobre Dadayev, su madre Aaimani Dadadeyeva, dijo a la agencia de noticias Interfax, que no podía creer que su hija haya cometido este crimen. Agregó que su hijo trabajó para una agencia policial chechena durante la última década.
A pesar de las detenciones, no ha habido información sobre un posible motivo para el asesinato. Los allegados a Nemtsov creen que éste fue ordenado por las altas esferas del gobierno ruso para silenciar a sus críticos.
Los cinco sospechosos provienen de la conflictiva región del Norte del Cáucaso donde Rusia ha peleado dos guerras en los últimos 20 años contra chechenos separatistas aliados con fundamentalistas islámicos.
