La economía de Estados Unidos creció más rápido de lo esperado en el segundo trimestre, ya que la resiliencia del mercado laboral apoyó el gasto de los consumidores, mientras que las empresas impulsaron la inversión en equipos, lo que podría mantener a raya una recesión muy temida.
El Producto Interno Bruto aumentó a una tasa anualizada del 2,4 % el trimestre pasado, dijo el Departamento de Comercio en su estimación anticipada del PIB del segundo trimestre el jueves.
La economía creció a un ritmo de 2,0 % en el trimestre enero-marzo. Los economistas encuestados por Reuters habían pronosticado que el PIB aumentaría a una tasa del 1,8 %.
Fuera del mercado de la vivienda y la manufactura, la economía ha resistido en gran medida los 525 puntos básicos de aumento de las tasas de interés de la Reserva Federal desde marzo de 2022 para luchar contra la inflación.
Los economistas han estado pronosticando una recesión desde fines de 2022, pero con la reducción de las presiones de los precios, algunos ahora creen que el escenario de aterrizaje suave para la economía previsto por la Reserva Federal es factible.
La Fed elevó el miércoles su tasa de política en 25 puntos básicos a 5,50 % desde 5,25 %.
Por otro lado, el mercado laboral continúa restringido, con una disminución de 7.000 solicitudes de beneficios por desempleo a 221.000 en la semana que terminó el 22 de julio, según un reporte del Departamento de Trabajo.
Las empresas están acumulando trabajadores después de luchar para encontrar mano de obra durante la pandemia de COVID-19. El empleo en el sector del ocio y la hostelería se mantiene por debajo de los niveles anteriores a la pandemia.
El número de personas que reciben beneficios después de una semana inicial de ayuda, un indicador de la contratación, se redujo en 59.000 a 1,690 millones durante la semana que terminó el 15 de julio.
A pesar de los despidos de alto perfil en los sectores de tecnología y finanzas en 2022 y principios de este año, los llamados las reclamaciones continuas siguen siendo bajas según los estándares históricos.
Esto sugiere que algunos trabajadores despedidos están encontrando empleo rápidamente.
Con un 3,6 % en junio, la tasa de desempleo no estuvo muy lejos de los mínimos de varias décadas.
A pesar de ello, algunos economistas siguen convencidos de que se avecina una recesión, argumentando que los costos de endeudamiento más altos eventualmente dificultarán que los consumidores financien sus gastos con deuda.
También señalaron que los bancos están restringiendo el crédito y que el exceso de ahorro acumulado durante la pandemia seguía agotándose. Una desaceleración en la creación de empleos es percibida como un freno para aumentos en los salarios.
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