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Dos resultados electorales definirán el destino de las relaciones Bolivia-EE.UU.


Una mujer manipula un manojo de hojas de coca sobre una bandera de Bolivia, durante la Cumbre de los Pueblos, celebrada en Santiago de Chile, el 27 de enero de 2013. El cultivo de esta planta es motivo de fricción entre Estados Unidos y Bolivia.
Una mujer manipula un manojo de hojas de coca sobre una bandera de Bolivia, durante la Cumbre de los Pueblos, celebrada en Santiago de Chile, el 27 de enero de 2013. El cultivo de esta planta es motivo de fricción entre Estados Unidos y Bolivia.

Los bolivianos viven pendientes de unos comicios que no son los de Estados Unidos, sino los suyos, que se celebran el próximo domingo. Sin embargo, expertos destacan que, debido a la importancia de la relación bilateral, el país sigue con atención lo que está pasando en Washington.

Bolivia ha entrado en la cuenta regresiva para las elecciones generales del 18 de octubre, consideradas las más importantes de su era democrática.
No obstante, de reojo, los bolivianos no pierden de vista el proceso electoral en Estados Unidos, por la historia que han marcado las relaciones entre ambos países en los últimos años y por cómo las nuevas autoridades podrían dar un recambio a la agenda bilateral.

Con la salida del gobierno del expresidente Evo Morales el año pasado, luego de la anulación de los comicios por denuncias de fraude electoral, la llegada al poder de la mandataria interina, Jeanine Áñez para establecer un gobierno de transición, definió en 11 meses de gestión un allanamiento en las relaciones diplomáticas. También evidenciado en un distanciamiento con Cuba, Venezuela e Irán, aliados estratégicos de la administración de Morales, actualmente asilado en Argentina.

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Un punto de quiebre fue la expulsión en 2008 del embajador de EE.UU., Philip Goldberg y posteriormente de la agencia antidrogas norteamericana, conocida como la DEA, bajo la acusación de espionaje.

Sin embargo, los años de lejanía y tensión podrían dar un giro con la consolidación de los gobiernos de ambos países en las próximas elecciones, según explica el politólogo, Carlos Cordero a la Voz de América.

“Bolivia necesita desideologizar sus relaciones y a EE.UU. le interesa también establecer escenarios de colaboración con América Latina”, dice Cordero.

CARLOS CORDERO BOLIVIA
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El analista proyecta un gobierno en Bolivia con una nueva tendencia diferente de la manejada por el Movimiento Al Socialismo (MAS), partido de Evo Morales, “para restablecer una especie de equilibro perdido ahora con una política exterior basada en la cooperación en reemplazo, de una política exterior basada en la confrontación”.

Para entender este contexto, el experimentado diplomático boliviano Gustavo Fernández, quien fue tres veces canciller y se desempeñó en diversas misiones del país en el exterior, además de ejercer cargos en organismos internacionales, considera que el análisis de este nuevo camino en las relaciones debe leerse a partir de una mirada regional.

“Yo en vez de hablar de los intereses de Bolivia hablaría más de los intereses de América Latina, creo que las opciones que representan las candidaturas de Donald Trump y de Joe Biden expresan posiciones distintas en temas críticos como derechos humanos, democracia y multilateralismo”, asegura Fernández.

“El tratamiento del gobierno de la administración Trump es claramente refractaria a los organismos multilaterales y esa línea de conducta ha influido también en los mecanismos de cooperación regional latinoamericano”, añade.

¿Trump o Biden?

A pocos días de las elecciones generales en Bolivia y menos de un mes para los comicios de EE.UU., la naturaleza de la futura relación bilateral dependerá de la decisión en las urnas, aunque en general, los analistas consultados por la VOA se animan a afirmar que habrá un mayor acercamiento entre ambos países.

“Durante el gobierno del MAS las relaciones de cooperación se han deteriorado independientemente de quiénes han estado en el gobierno de EE.UU., ha sido así con Obama y con Trump, ahora la renovación de la política en Bolivia ante un nuevo gobernante [con Biden] o con Trump, si logra la reelección, va a tener un giro positivo”, asegura el politólogo Cordero.

Por otro lado, el excanciller Fernández considera que el objetivo es que los intereses de Bolivia y EE.UU., no se vean dañados por las posiciones políticas de coyuntura. “Dependerá de las decisiones que asuman los gobiernos, pero en general yo creo que van a ser bastante más amistosas que en el pasado y tengo la esperanza de que se dé un espacio para una relación más justa y respetuosa”, dice el exdiplomático.

También se anima a una proyección: “A nivel personal, creo que la administración de Biden ofrecería mejores opciones para la política boliviana”.

Temas de interés

La historia ha movido varios puntos de interés en las relaciones Estados Unidos-Bolivia que, según se exprese en la decisión del electorado en las próximas elecciones, podrían reactivarse.

Bolivia está interesada en retornar a los mercados de EE.UU., tal vez tener un trato preferencial", Carlos Cordero, politólogo.

En un análisis realizado para la Voz de América, el politólogo y profesor universitario de la materia Relaciones EE.UU.- Bolivia en la Universidad Mayor de San Simón, Roger Pinto, define cinco áreas estratégicas que marcan la relación: lucha contra las drogas, seguridad interna, seguridad regional, comercio internacional y migración.

Sin embargo, para profundizar estos ejes, desde la perspectiva de Pinto, se debe definir qué tipo de relación se va a tener con EE.UU., a nivel político y a nivel diplomático, si será de respeto, sometimiento o colaboración. “Esto debe ir en sentido de que se respete la decisión soberana de los pueblos considerando sobre todo el argumento que por mucho tiempo enunció el expresidente Evo Morales sobre un «intervencionismo en la política interna boliviana»”, dice Pinto.

ROGER PINTO POLITÓLOGO
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En este relacionamiento, un tema que resulta siempre polémico es el referido a la lucha contra las drogas, que es precedido por una historia de mucha tensión. “Es necesario sentarse a discutir porque es algo que importa a ambos países”, advierte Pinto.

Recuperación de mercados

Desde el conflicto poselectoral que convulsionó Bolivia y tuvo una fuerte afectación en la economía, el país ha tratado de sobreponerse, aunque inútilmente, porque la llegada de la pandemia del COVID-19 terminó por acentuar la crisis.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) y los datos del Producto Interno Bruto (PIB), la economía boliviana experimentó en el primer trimestre del año su menor crecimiento en casi dos décadas, de solo 0,6%.

Por otro lado, el 'Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2020. Principales condicionantes de las políticas fiscal y monetaria en la era pospandemia de covid-19' publicado recientemente por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), indica que el golpe económico llevará la tasa de desempleo al 13,5% con un incremento de 18 millones de personas sin trabajo con respecto al 2019, el mayor desde la crisis financiera.

En un escenario que se presenta adverso, la recuperación de mercados y las estrategias comerciales que se puedan establecer a nivel bilateral o multilateral serán importantes para repuntar la economía.

“Bolivia está interesada en retornar a los mercados de EE.UU., tal vez tener un trato preferencial y que puedan establecerse relaciones económicas favorables al país”, explica Cordero.

Según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), EE.UU. es el sexto mayor comprador de productos bolivianos después de Brasil, Argentina, Emiratos Árabes, India y Japón; sin embargo, como explica el gerente de esta entidad, Gary Rodríguez, se debe hacer una diferencia cualitativa porque “EE.UU. es el mercado que mayor cantidad de productos no tradicionales compra a Bolivia y esto se refleja en alimentos como chía, quinua, azúcar y otros, pero también en manufacturas como las maderas trabajadas y eso significa empleo para los bolivianos”.

Por otro lado, Estados Unidos también tiene incidencia respecto al abastecimiento de productos pues es el quinto mayor vendedor a Bolivia, después de China, Brasil, Argentina y Perú.

En busca de consolidar una relación comercial estratégica, Rodríguez espera que la nueva administración permita profundizar la cooperación y en este objetivo considera que los resultados de los procesos electorales de ambos países definirán la dirección a seguir.

“Nos convendría un candidato que piense en unas mejores relaciones con Latinoamérica, pero también localmente un candidato que ponga la casa en orden, que no solo se ocupe de economía sino de un combate al narcotráfico. Mucho va a depender de quién sea elegido en Bolivia”, apuntó el gerente del IBCE.

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