El rey Carlos III de Inglaterra y sus tres hermanos caminaron este lunes en silencio tras la carroza que conducía los restos mortales de su madre, la reina Isabel II, en una solemne procesión por las calles abarrotadas de dolientes en Edimburgo, Escocia.
Carlos, vestido de militar, estuvo acompañado por la princesa Ana y los príncipes Andrés y Eduardo, escoltaron el vehículo desde el Palacio de Holyroodhouse, la residencia oficial del monarca británico en Escocia, hasta la Catedral de St. Giles.
Isabel falleció el jueves en el Castillo de Balmoral, en las Tierras Altas escocesas, uno de sus lugares preferidos. Cientos de residentes de Escocia se alinearon en las calles de Edimburgo para rendir sus últimos respetos a la monarca.
Después de que la procesión llegó a la Catedral de St. Giles, los miembros de la familia real y líderes políticos asistieron a un servicio en el interior para la reina.
“Y así nos reunimos para dar el adiós de Escocia a nuestra fallecida monarca, cuya vida de servicio a la nación y al mundo celebramos, y cuyo amor por Escocia era legendario”, dijo el reverendo Calum MacLeod.
El cuerpo de Isabel reposará en la catedral donde el público podrá presentar sus respetos y será llevado por avión a Londres el martes.
Anteriormente el lunes, Carlos habló ante las dos cámaras del Parlamento en Londres por primera vez como monarca.
Su breve discurso ante aproximadamente 1.000 legisladores e invitados en el Salón de Westminster tuvo lugar después de que todos ofrecieron sus condolencias por la muerte de Isabel.
Carlos dijo que su madre, que reinó por 70 años “sentó un ejemplo abnegado de deberes” que él está dispuesto a continuar.
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Balmoral
El convoy avanzó lentamente a través de las majestuosas colinas escocesas, un paisaje atesorado por la difunta monarca y donde pasó las últimas semanas pacíficas de su vida. En años pasados, se veía con frecuencia a la reina visitando estas remotas aldeas escocesas cuando residía en el Castillo de Balmoral, un área que amaba, y también era muy querida.
Los residentes se reunieron al borde de la carretera para verla por última vez y despedirse. El silencio habló de la conmoción que aún se siente por su fallecimiento, y el respeto que se tenía a la difunta reina en las comunidades de Gran Bretaña.
Algunos espectadores arrojaron flores al paso del coche fúnebre; muchos en la multitud derramaron lágrimas. Siguieron suaves oleadas de aplausos mientras el convoy continuaba hacia el sur.
Despedida emocional
“La conocemos (a ella) de toda la vida. Entonces, ha sido la única cosa constante en todas nuestras vidas: la reina”, dijo Stephanie Cook, residente del pueblo de Ballater, cerca de Balmoral.
Después de un viaje de seis horas, el coche fúnebre cruzó el río Forth hacia la capital escocesa, Edimburgo. A lo largo de la Royal Mile de la capital escocesa, miles esperaban para ver el cortejo.
Fiona Moffat viajó desde Glasgow para presenciar el momento. Luchó por contener las lágrimas mientras describía sus emociones.
“Un momento muy histórico. Estoy bastante sin palabras en realidad. Ella era una dama encantadora. Gran madre, abuela. Ella lo hizo bien. Estoy muy orgullosa de ella”, dijo Moffat a The Associated Press.
Elaine Robertson, que visitaba Edimburgo desde su casa en Ayr, en la costa oeste de Escocia, también lloraba. "Creo que es importante estar aquí, es importante decir adiós", dijo. "Ella ha estado en el trono durante mucho tiempo. Entonces, sí, significa mucho".
Primero será llevado al Palacio de Buckingham y luego trasladado en una procesión pública encabezada por el hijo de Isabel, el rey Carlos III, al Salón de Westminster del siglo XI, donde permanecerá durante cuatro días. La sala estará abierta las 24 horas del día para los visitantes. Será custodiado por soldados de la casa real.
Se espera que decenas de miles de personas viajen a Westminster para presentar sus respetos.
“Ha sido una jefa de Estado ejemplar en términos de su devoción por su pueblo y por su trabajo”, dijo el historiador real y autor Robert Lacey. “Y luego creo que lo otro que hay que quitar, que es inevitable en todas estas multitudes y expresiones de emoción, es el dominio perdurable que la monarquía británica ejerce sobre las emociones de la gente en Gran Bretaña”, dijo Lacey a AP.
El funeral está programado para el 19 de septiembre en la Abadía de Westminster. Luego, el ataúd se llevará a Windsor para el servicio de entierro, donde el esposo de la reina, el príncipe Felipe, fue enterrado en abril de 2021.
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