El primer gobierno de izquierda de El Salvador, encabezado por el presidente Mauricio Funes, rindió un público reconocimiento póstumo a los seis sacerdotes Jesuitas, asesinados junto a dos de sus colaboradoras el 16 de noviembre de 1989.
Los hechos se produjeron en el marco de una ofensiva que lanzara entonces la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional "FMLN", tras la cual comandos del Ejército salvadoreño irrumpieron en la Universidad Centroamericana (UCA) y dieron muerte a los jesuitas.
La orden José Matías Delgado, en el grado de Gran Cruz, fue entregada simbólicamente a familiares de los cinco religiosos españoles y un salvadoreño asesinados.
Los familiares de los sacerdotes que viajaron desde España, entre ellos Juan Antonio Ellacuría y Catalina Montes, recordaron el trabajo que los religiosos desarrollaron en El Salvador y dijeron que el mundo había reconocido la labor de los Jesuitas y solo faltaba El Salvador
Al cumplirse los 20 años del Asesinato de los religiosos, la justicia española sigue la investigación por una demanda de la Asociación pro-derechos Humanos de España para enjuiciar a los responsables intelectuales del homicidio de los Jesuitas Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín Baró, Amando López Juan Ramón Moreno, Segundo Montes y el Salvadoreño Joaquín López, así como sus colaboradoras Elba Julia ramos y su hija Celina
El actual rector de la UCA, el padre José María Tojeira, en la que trabajaban los religiosos que fueron asesinados, destacó que es la primera vez que un Gobierno salvadoreño "reconoce pública y oficialmente el valor, la dignidad y los servicios que este grupo de académicos y hombres de fe prestaron" a El Salvador.
La demanda ante la audiencia Nacional Española es contra 14 militares Salvadoreños señalados de haber planificado el asesinato de los Jesuitas.
El múltiple asesinato se suma a las muertes de unos 70 mil salvadoreños durante el pasado conflicto armado que finalizó con un acuerdo de paz en 1992.
