Los salvadoreños votaron por un nuevo Congreso, en medio de una cerrada contienda entre la oposición del Arena y la gobernante ex guerrilla del Frente Farabundo Marti (FMLN), que anticipa la continuidad del sistema de frágiles alianzas para lograr mayorías legislativas.
“Ayuden a construir un órgano legislativo democrático, pero sobre todo efectivo, que le dé gobernabilidad al país, que garantice que los cambios que estamos llevando a cabo se profundicen”, había pedido el presidente Mauricio Funes a sus conciudadanos antes de las elecciones.
La preocupación de Funes era la perspectiva de un resultado que ponga en jaque su capacidad de gobierno en sus dos últimos años de mandato, al frente de un país con un tercio de población desempleada y una de las mayores tasas de homicidios del mundo.
De acuerdo con los resultados considerando el 95,5% de los votos contabilizado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), el opositor Arena gana la mayoría entre el total de 84 diputados en la Asamblea Legislativa.
Según el TSE, Arena suma 33 legisladores; mientras el FMLN obtiene 31, Gana 11 y la Concertación Nacional 6.
“Pueden ser pocas las variantes en los resultados, la tendencia en el conteo ya no se modifica a esta altura del escrutinio”, afirmó el presidente del Tribunal, Eugenio Chicas.
En estos comicios, en los cuales también se renovaron las autoridades de las 262 alcaldías del país, participaron por primera vez 17 candidatos independientes a diputado.
Las elecciones duraron 10 horas, sin incidentes de importancia reportados. En el país se registra una media de entre 13 y 14 asesinatos diarios.
En un país con un tercio de la población desempleado y una tasa de homicidios de las más altas del mundo (65 casos cada 100.000 habitantes) el FMLN hizo campaña haciendo hincapié en más planes sociales y creación de empleo.
Arena se proclamó como ganadora de los comicios, pero el coordinador general del FMLN, Medardo González, reclama que se ha registrado un "empate".
