Hasta el momento los resultados preliminares de las elecciones en México pone en evidencia el duro golpe que recibió el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el resurgimiento del Partido de Acción Nacional (PAN) de derecha.
Según los primeros conteos, el PRI perdió seis estados, entre ellos cuatro de los cinco que jamás había tenido otro partido gobernante que no sea el PRI. Estos estados son Veracruz, Tamaulipas, Quintana Roo y Durango.
En total, el PAN ganó siete plazas, tres en alianza con el PRD.
Estos resultados responden según los analistas al hartazgo de los mexicanos por la permanente corrupción e inseguridad que se vive en México, pero al mismo tiempo sirve de termómetro para lo que será la próxima jornada electoral en 2018 cuando se defina quién será el próximo presidente de la república mexicana.
Para el presidente del PAN, Ricardo Anaya, “si hacemos las cosas bien el PAN va recuperar la presidencia en 2018”, asegura.
El PRI se ha quedado con cinco gobernaturas de las nueve que tenía, pero los seguidores del PRI no consideran los resultados como una derrota, sino como el momento de escuchar al electorado y empezar a cambiar.
Por su parte, el activista Andrés Manuel López Obrador, aunque no obtuvo ningún puesto, mantiene su intención de aspirar a la presidencia en 2018 bajo el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
López Obrador fue dos veces candidato presidencial con el PRD.
