La leyenda del boxeo, Muhammed Ali, regresa este viernes a su viejo barrio de Louisville, Kentucky por una última vez, ya sin gritar, ni bailar ni boxear ni jactarse de ser el más bello y el más rápido o "El Más Grande" de la historia.
Su cuerpo será llevado en procesión desde la casa de su infancia donde soñó grandezas hasta el bulevar que lleva su nombre desde que las alcanzó.
La procesión y el entierro seguirá el servicio funeral tradicional musulmán que se realizó el jueves por la tarde.
Miles de sus admiradores han venido de todas partes del mundo para despedir al hijo favorito de la ciudad.
La procesión terminará en el Cementerio Cave Hill donde la familia y sus amigos más cercanos se reunirán para un entierro en privado.
El expresidente Bill Clinton, uno de sus viejos amigos, el comediante Billy Crystal, y el presentador de la televisión, Bryant Gumbel, así como la esposa de Ali, Lonnie, tomarán la palabra.
El rey de Jordania y el presidente de Turquía están entre los invitados, pero el presidente Barack Obama no podrá asistir pues este día se gradúa de la secundaria, su hija, Malia.
Se prevé que el funeral atraiga a unas 15.000 personas, fans comunes y corrientes, tal como pidió el mismo Alí cuando hace años planeó su despedida.
