En el último fin de semana antes de las elecciones, los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, el presidente republicano, Donald Trump, y el demócrata Joe Biden, realizan sus últimos esfuerzos para apelar a los votantes el Medio Oeste del país.
Trump comenzó su día con una parada en Michigan y Biden en Iowa. Después de ahí, ambos candidatos visitaron Minnesota y Wisconsin, todos ellos estados especialmente afectados por la pandemia y donde los políticos están codo a codo en las encuestas de intención de voto.
En Des Moines, Iowa, Biden insistió en sus críticas de la gestión de la pandemia por parte del gobierno de Trump y atacó las políticas comerciales del presidente, asegurando que han sido dañinas para los granjeros.
En un mitin de campaña en donde los asistentes estaban en sus coches, Biden culpó a Trump de no haber actuado a tiempo para detener la propagación del virus que ya deja mas de nueve millones de casos a nivel nacional y 229.356 muertes, según la Universidad John Hopkins.
“El presidente Trump se ha rendido (…). Imaginen si nos hubiera dicho qué tan peligroso esto [la COVID-19] iba a ser en enero y si hubiera actuado”, dijo Biden y señaló el aumento de casos de virus en el estado, donde se están viendo más de dos mil casos diarios y un nuevo pico en hospitalizaciones.
El demócrata apeló directamente al electorado rural del estado al señalar lo que, a su juicio, fue una errada política de guerra comercial con China que afectó en especial al sector agropecuario, de gran peso en Iowa.
“La débil y caótica política comercial de Trump con China le ha costado mucho a los agricultores y fabricantes”, señaló Biden en un estado donde casi un 50% de la economía depende del campo y la manufactura.
Hacia el norte, en el vecino estado de Michigan, Trump apeló una vez más al miedo, delineando lo que, para él, sería un futuro bajo el gobierno de su contrincante.
“Joe Biden va a cerrar vuestro estado, destruir vuestras fábricas, enviar vuestros puestos de trabajo a China, castigar a vuestras familias con una subida de impuestos (…) y traerá a vuestro estado una profunda recesión”, esbozó el presidente en un multitudinario evento de campaña en Waterford.
El candidato demócrata no ha abogado por cuarentenas restrictivas, pero sí por abrir negocios y escuelas con suficientes medidas de seguridad.
La importancia de la pandemia
“Joe Biden promete un oscuro, doloroso y largo invierno. Yo estoy entregando el gran resurgimiento estadounidense”, argumentó Trump.
Desde el podio, Trump, quien se ha mostrado reacio al uso del cubrebocas, afeó a la presentadora de la cadena Fox News Laura Ingraham que se pusiera un tapabocas para asistir al mitin.
“No puede ser, ¿estás usando una mascarilla? Nunca la había visto con una mascarilla. Mírate. Laura, está siendo muy políticamente correcta, ¡wow!”, exclamó el presidente.
El aumento de casos de coronavirus en Michigan en la última semana está entre los más altos del país, con más de cinco mil casos confirmado por día el jueves y viernes, según datos de los Centros Para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).
Trump aprovechó su intervención para criticar a la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, contra quien ha lanzado numerosos ataques en el pasado por imponer restricciones para combatir el coronavirus en el estado, durante la primera ola en abril.
El presidente le pidió a la demócrata que “abriera” el estado, a lo que sus seguidores respondieron con cantos de “enciérrenla”, un eslogan que se suele repetir en sus eventos en el estado.
En octubre, el FBI desmanteló un plan para secuestrar a Whitmer que contaba con el apoyo de una milicia. Los acusados dijeron estar motivados por la creencia de que la gobernadora estaba violando la Constitución. Ella acusó a Trump de incitar al terrorismo doméstico.
“Me culpan cada vez que eso pasa; cada vez que la menciono”, dijo el presidente en su evento este viernes.
