Unas 5.000 mil personas asistieron al funeral estatal por las víctimas del terremoto del lunes en el centro de Italia que ya se llevó la vida de 289 personas.
Había
más de 200 urnas cubiertas de flores en los terrenos de una academia policial
en Láquila, epicentro del terremoto de magnitud 6,3.
Cinco
pequeños ataúdes donde yacen los restos de las víctimas más jóvenes fueron
colocados sobre las urnas de sus padres.
El
secretario personal del Papa, monseñor Georg Gaenswein, leyó un mensaje de
pésame que envió el Pontífice donde "invita (...) a todos a mantener la
esperanza sin caer en el desconsuelo".
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Luego se
rezaron oraciones musulmanas, ya que seis de los muertos profesaban la
religión islámica.
"Pedimos
la unidad de todos de frente a un único Dios", dijo el imán Mohammed Nur.
Dos víctimas adicionales fueron halladas enterradas bajo los escombros de su residencia antes de que se llevara a cabo el funeral.