Seis semanas en el poder y la primera ministra del Reino Unido, Liz Truss, ya anunció su renuncia al cargo - el mandato más corto en la historia de la isla norte europea.
Esto pocos días después de que su nuevo ministro de Finanzas revocara prácticamente todos sus recortes de impuestos, eliminando una agenda fiscal de libre mercado que prometía un cambio de política radical para el país.
En realidad, estas intenciones hundieron la isla en semanas de agitación económica y parlamentaria, con la libra que tocó un mínimo histórico y Truss que perdió la confianza de su partido.
Liz Truss, saliendo de Downing Street, anunció en la mañana del jueves: “No puedo cumplir el mandato por el que fui elegido por el Partido Conservador. Por lo tanto, he hablado con Su Majestad el Rey para notificarle que renuncio como líder del Partido Conservador".
La partida de Truss después de sólo 44 días, fue una brusca caída del poder que arroja a su Partido Conservador a un mayor desorden, luego de la caótica renuncia de Boris Johnson en julio.
En los próximos días se anunciará su sucesor, pero ya el opositor Partido Laborista pide nuevas elecciones en este momento de crisis. Asi dijo Keir Starmer, Presidente del Partido Laborista: "Esto no es solo una telenovela en la cima del Partido Conservador. Está causando un gran daño a nuestra economía y a la reputación de nuestro país y el público está pagando con precios más altos, con hipotecas más altas”.
La renuncia generó varias reacciones internacionales, incluyendo en Washington, con el presidente Joe Biden: “Ella fue una buena aliada sobre Rusia y Ucrania y los británicos van a resolver sus problemas”.
Los mercados y el valor de la libra reaccionaron positivamente a la renuncia de Truss. Si bien el cambio pone fin definitivamente a la agenda económica de reducción de impuestos, introduce aún más inestabilidad
política en el Reino Unido en un momento en que los hogares y las empresas están lidiando con un elevado costo de vida.