Una comisión de libertad condicional sólo tuvo que deliberar 20 minutos para decidir que Charles Manson, el asesino en serie que hace más de 40 años aterrorizó a la ciudad de Los Angeles, no debe salir de prisión.
Esta fue la duodécima audiencia, en la que Manson, de 77 años, ha visto denegada la petición de salir de la cárcel, y el argumento en esta oportunidad fue que el convicto no ha mostrado ninguna intención de rehabilitarse.
"'Soy especial. No soy un preso ordinario. He pasado mi vida en prisión. He puesto a cinco personas en la tumba. Soy un hombre muy peligroso", dijo el recluso recientemente a un psicólogo en prisión, y sus palabras fueron tomadas al pie de la letra por la comisión penitenciaria.
De acuerdo con el veredicto, Manson, declarado culpable de la muerte de la actriz Sharon Tate y de otras cuatro personas en 1969, no tendrá derecho a solicitar otra vez libertad condicional hasta dentro de 15 años.
Tras haber sido hallado culpable de los crímenes, Manson fue sentenciado a la pena capital pero la condena le fue conmutada después de que la Corte Suprema de California suspendió temporalmente las ejecuciones en 1972.
El caso de este hombre, que llegó a fundar una especie de comuna y llevó a sus seguidores a cometer una serie de asesinatos, desató en EE.UU. un sinfín de interpretaciones sobre la naturaleza de las sectas y la ciega obediencia a líderes que en el fondo no son otra cosa que psicópatas.
Hace unos años el antropólogo Phillips Stevens de la Universidad Estatal de Nueva York, en Buffalo, definió de manera especial el fenómeno cuando explicó que debido a los crímenes de Manson, en los años 1960 y 1970 el término “culto” adquirió connotaciones negativas.
Fue a partir de entonces que la palabra pasó a ser utilizada para referirse a grupos de personas a quienes ciertos individuos, maníacos y megalómanos, les “lavaban el cerebro” y les imponían severas restricciones.
Además del de Manson, ha habido otros casos de cultos torcidos como el profesado al Templo del Pueblo, que tuvo su origen en EE.UU. y luego se trasladó a Guyana, donde su inspirador, el reverendo James Warren Jones (Jim Jones), protagonizó en 1978 el suicidio masivo de todos sus seguidores, en lo que se conoció como la tragedia de Jonestown.
Esta fue la duodécima audiencia, en la que Manson, de 77 años, ha visto denegada la petición de salir de la cárcel, y el argumento en esta oportunidad fue que el convicto no ha mostrado ninguna intención de rehabilitarse.
"'Soy especial. No soy un preso ordinario. He pasado mi vida en prisión. He puesto a cinco personas en la tumba. Soy un hombre muy peligroso", dijo el recluso recientemente a un psicólogo en prisión, y sus palabras fueron tomadas al pie de la letra por la comisión penitenciaria.
De acuerdo con el veredicto, Manson, declarado culpable de la muerte de la actriz Sharon Tate y de otras cuatro personas en 1969, no tendrá derecho a solicitar otra vez libertad condicional hasta dentro de 15 años.
Tras haber sido hallado culpable de los crímenes, Manson fue sentenciado a la pena capital pero la condena le fue conmutada después de que la Corte Suprema de California suspendió temporalmente las ejecuciones en 1972.
El caso de este hombre, que llegó a fundar una especie de comuna y llevó a sus seguidores a cometer una serie de asesinatos, desató en EE.UU. un sinfín de interpretaciones sobre la naturaleza de las sectas y la ciega obediencia a líderes que en el fondo no son otra cosa que psicópatas.
Hace unos años el antropólogo Phillips Stevens de la Universidad Estatal de Nueva York, en Buffalo, definió de manera especial el fenómeno cuando explicó que debido a los crímenes de Manson, en los años 1960 y 1970 el término “culto” adquirió connotaciones negativas.
Fue a partir de entonces que la palabra pasó a ser utilizada para referirse a grupos de personas a quienes ciertos individuos, maníacos y megalómanos, les “lavaban el cerebro” y les imponían severas restricciones.
Además del de Manson, ha habido otros casos de cultos torcidos como el profesado al Templo del Pueblo, que tuvo su origen en EE.UU. y luego se trasladó a Guyana, donde su inspirador, el reverendo James Warren Jones (Jim Jones), protagonizó en 1978 el suicidio masivo de todos sus seguidores, en lo que se conoció como la tragedia de Jonestown.