El jefe de la diplomacia estadounidense instó el jueves a China para que use su “tremenda influencia” en convencer al gobierno comunista de Corea del Norte para que abandone su programa nuclear, horas después de que Pyongyang dijo que ignorará las ofertas de Estados Unidos para reanudar las negociaciones.
El secretario de Estado, Antony Blinken, sostuvo una reunión para abordar el tema de seguridad con funcionarios de Seúl, en la que participó el secretario de Defensa, Lloyd Austin. Es la primera cumbre de este tipo en cinco años.
Blinken y Austin realizan una gira a países de Asia para estrechar la relación estratégica con sus aliados de la región, mientras China y Corea del Norte siguen en el centro de atención del gobierno estadounidense.
“Beijing tiene un interés, un claro interés propio en ayudar a garantizar la desnuclearización (del Norte) porque es una fuente de inestabilidad. Es una fuente de peligro y, obviamente, una amenaza para nosotros y para nuestros socios”, afirmó Blinken en una conferencia de prensa.
Blinken señaló que China tiene “un papel fundamental que desempeñar” para convencer a Corea del Norte de que se desnuclearice porque la mayoría de su comercio exterior pasa por el gigante asiático.
Choe Son Hui, primera viceministra de Exteriores norcoreana, confirmó más temprano el jueves el anuncio previo de Blinken de que Washington se puso en contacto con Pyongyang a través de varios canales desde mediados de febrero pero no ha recibido respuesta alguna.
Choe calificó el acercamiento estadounidense como una “maniobra para perder tiempo” y afirmó que su país seguirá rechazando ofertas similares a menos que Washington retire sus hostilidades. “Lo que se ha oído de Estados Unidos desde la aparición del nuevo régimen es solo una teoría lunática de la ‘amenaza de Corea del Norte’ y una retórica infundada sobre la ‘completa desnuclearización’”, dijo.
Según la ministra norcoreana, el presunto intento de Washington de imponer sanciones adicionales y aumentar la presión sobre Pyongyang, junto a las maniobras militares conjuntas con Seúl de este mes, son una prueba de la hostilidad estadounidense.
Consultado sobre las declaraciones de Choe, Blinken admitió que está enterado pero que el interés de Estados Unidos está centrado en lo que opinan aliados de Washington durante su gira por la región.
La diplomacia liderada por Estados Unidos para que Corea del Norte deponga su arsenal nuclear está en punto muerto desde hace al menos dos años. Las sanciones de la Casa Blanca es uno de los elementos de la controversia con Corea del Norte.
Esta semana, la hermana del líder norcoreano, Kim Jong Un, advirtió a Estados Unidos que “que se abstenga de causar problemas” al tiempo que criticó las maniobras militares con Seúl que Pyongyang considera un ensayo para una posible invasión.
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