El papa Francisco recibía la Navidad con una misa nocturna en la Basílica de San Pedro, mientras que su principal subalterno viajaba a Irak para celebrar con la atribulada comunidad cristiana del país.
La misa de Nochebuena es uno de los momentos destacados del año litúrgico del Vaticano y con la ceremonia del lunes el papa Francisco empieza una semana ocupada.
El pontífice de 82 años tiene programado un mensaje y bendición de Navidad, una oración el 26 de diciembre, vísperas para el Año Viejo y una misa para el Año Nuevo.
Mientras Francisco presidía las festividades en casa, el cardenal Pietro Parolin, su secretario de Estado, viajaba a Irak para celebrar Navidad con la comunidad de católicos caldeos.
Los católicos en Irak son una de las minorías religiosas devastadas por la violencia del grupo Estado Islámico, que ha expulsado a decenas de miles de personas de sus hogares.
La visita de Parolin es una clara señal de la solidaridad personal de Francisco con los católicos iraquíes.