La Casa Blanca dice que el presidente Barack Obama planea transferir al extranjero más sospechosos de terrorismo detenidos en la prisión estadounidense de Guantánamo, Cuba, antes de dejar la presidencia el 20 de enero, rechazando el llamado del presidente electo Donald Trump para que no sean liberados.
La instalación, se comenzó a usar bajo la presidencia de George W. Bush después de los ataques terroristas en Estados Unidos de 2001, para albergar a prisioneros capturados por Estados Unidos y sus aliados en la lucha contra al-Qaeda y otros grupos terroristas en el Medio Oriente y Afganistán.
El centro ha sido objeto de críticas de los activistas de derechos humanos, y de los muchos detenidos que han estado presos durante años sin ser llevados a juicio, algunos de los cuales han sido sometidos a tortura en un esfuerzo por obtener evidencia para ser usada en su contra en un eventual juicio.
Obama prometió cerrar la instalación cuando asumió el cargo en 2009, pero sus esfuerzos han sido bloqueados por el Congreso.
Solo 59 prisioneros continúan en Guantánamo, un número muy por debajo de los casi 800 detenidos que albergó en su momento más álgido.
La administración Obama ha devuelto algunos de los detenidos a sus países de origen para ser juzgados, y otros han sido enviados a terceros países para que se reestablezcan. Otros más han sido liberados sin juicio.
Durante su campaña por la Casa Blanca, Trump prometió mantener abierta la prisión de Guantánamo diciendo que cuando se convierta en comandante en jefe planea “llenarla con algunos tipos malos”.
