![El secretario de Salud de Estados Unidos, Xavier Becerra, dijo que será un honor representar al presidente Joe Biden en la inauguración de los Juegos Panamericanos 2023. [Foto Archivo].](https://gdb.voanews.com/01000000-c0a8-0242-6052-08dbd0b6e374_w250_r1_s.jpg)
El secretario del departamento de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, será quien encabece la delegación estadounidense para asistir a los Juegos Panamericanos 2023 que se celebrarán en Chile.
El anuncio lo hizo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el jueves a través de un comunicado en el que señala que la delegación asistirá a la ceremonia de inauguración de los Panamericanos que se llevará a cabo el viernes 20 de octubre en Santiago de Chile.
Becerra dijo a través de su cuenta de X, antes llamada Twitter que era un "increíble honor" representar al presidente Biden en la inauguración de los Juegos Panamericanos 2023.
Acompañarán a Becerra, el embajador estadounidense en Chile, Bernadette M. Meehan y Chaunte Lowe OLY, cuatro veces medallista olímpica de atletismo femenino y miembro del Consejo Presidencial sobre Deportes, Fitness y Nutrición.
Aproximadamente 7.000 deportistas de 41 países y territorios competirán durante dos semanas. Tendrán el estímulo de disputar un centenar de plazas directas para los Juegos Olímpicos de París 2024.
Veinte deportes, incluyendo la gimnasia, el boxeo y la natación, repartirán boletos a París. En otra media docena de deportes se podrán sumar puntos para los rankings clasificatorios o alcanzar marcar mínimas clasificatorias.
Como es habitual, los Panamericanos tendrán una encendida lucha para escoltar a Estados Unidos en el cuadro de medallas. Canadá y Brasil quieren subir, al igual que México y Colombia.
La ceremonia de apertura se realizará el viernes en el Estadio Nacional, con capacidad para 47.000 personas. A su alrededor hay seis nuevas instalaciones para 30 disciplinas.
Inaugurado en 1938, el Estadio Nacional recibió su primer gran evento deportivo en 1962, cuando Brasil derrotó 3-1 a Checoslovaquia para conquistar el segundo de sus cinco títulos en los mundiales de fútbol.
Once años después, el estadio se convirtió en un sitio de horror al ser el mayor centro de detención y torturas durante los primeros meses de la dictadura de Pinochet tras el golpe que derrocó al presidente Salvador Allende.
Con información de Ap
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