Los suecos acudieron a las urnas el domingo para votar en contenciosas elecciones legislativas en medio de un acalorado debate sobre inmigración.
Los bloques de centroizquierda y centroderecha de Suecia se disputaban una estrecha victoria, ya que los sondeos a boca de urna mostraron un avance del partido nacionalista, en un momento en que uno de los estados más liberales de Europa gira a la derecha.
El partido opositor de centroderecha Alianza obtuvo el 39,6 % de los votos, mientras que la coalición gobernante centroizquierdista de socialdemócratas y verdes, junto con sus aliados de izquierdas en el Parlamento, obtuvieron el 39,4%, según un sondeo a boca de urna de la cadena pública SVT.
La formación nacionalista y antiinmigración Demócratas de Suecia (SD), con raíces supremacistas, alcanzó el 19,2% de los sufragios desde el 12,9 por ciento en los comicios anteriores, según el sondeo. La Autoridad Electoral sueca ofrecerá un recuento parcial entre las 2000 y las 2100 GMT.
Los comicios son los primeros en realizarse desde que el gobierno permitió en 2015 que 163.000 migrantes ingresaran al país de 10 millones de habitantes. Aunque son muchos menos migrantes de los que Alemania acogió en ese año, fue la cantidad más grande per cápita de cualquier país europeo.
"Estas elecciones son un referendo sobre nuestro bienestar", dijo el primer ministro Stefan Lofven. "También son sobre la decencia, sobre una democracia decente... y sobre no dejar que los Demócratas Suecos, un partido extremista y racista, obtenga alguna influencia en el gobierno".
Alrededor de 7,5 millones de votantes elegirán entre casi 6.300 candidatos para un mandato de cuatro años en el Riksdag, o la asamblea legislativa, de 349 escaños. Es poco probable que un solo partido consiga la mayoría, o 175 escaños.
El proceso de formación de un gobierno estable en un Parlamento estancado podría durar semanas e incluso terminar potencialmente en un fracaso.
La enemistad entre los dos principales bloques políticos ha definido la política sueca durante décadas y el ascenso del SD -durante mucho tiempo un grupo paria en el Parlamento- ha complicado aún más el panorama.
La elección se sumará a las preocupaciones de Bruselas, ya que la Unión Europea entrará ahora en modo campaña antes de las elecciones al Parlamento Europeo de mayo, que podrían dar más voz a los grupos euroescépticos y frustrar los esfuerzos por aumentar la integración en el bloque.