El programa de rescate del gobierno estadounidense a la industria financiera por 700 mil millones de dólares evitó que colapsara la economía del país, pero la medida no ha logrado que cesen las ejecuciones hipotecarias.
Esa es la conclusión a la que llegó Neil Barofsky, funcionario a cargo de evaluar el programa de Alivio a Propiedades en Problemas o TARF, por sus siglas en inglés. Barofsky hizo la declaración en un informe al Congreso y entrevistas con varias organizaciones noticiosas.
El Congreso aprobó el programa TARF hace un año y desde entonces ha provisto casi 470 mil millones de dólares. Una fracción de dichos fondos ha sido repagada con intereses, pero Barofsky sostiene que es poco probable que todo sea devuelto al gobierno.
Barofsky indicó que sin una reforma regulatoria significativa, los mismos problemas que amenazaron la economía podrían presentarse de nuevo.