Hacia la Estatua de la Libertad

El primer paso para llegar hasta la Estatua de la Libertad, es salir a la calle y llamar un taxi. Si manejas tu propio auto, lo más conveniente es dejarlo estacionado cerca de tu hotel y llamar a uno de los autos amarillos.

Del lado de Nueva York, debes llegar al Battery Park, en donde se compran los boletos para iniciar el viaje. La línea de espera se mira extensa pero avanza con rapidez.

El boleto cuesta $12 dólares si eres adulto y la mitad del precio para los menores de 12 años. Si prefieres uno de esos tours en donde un guía turístico te explica con detalle la historia del lugar, entonces el precio aumenta a los $20 dólares por persona

El siguiente paso es iniciar el camino hacia seguridad. La espera parece muy larga, pero en realidad no toma más de 15 minutos llegar hasta la orilla del muelle.

Diariamente, especialmente durante los fines de semana, son miles de personas quienes esperan pacientemente por su oportunidad para llegar hasta la Estatua de la Libertad.

La espera se hace muy amena con algunos artistas callejeros que se encargan de ponerle ritmo a tu aburrimiento. Curtis, un músico de Trinidad y Tobago, es uno de ellos.

Es importante tomar en cuenta que para hacer este viaje debes tomar las mismas medidas de seguridad que tomarías si viajaras utilizando un aeropuerto. Algo así como no líquidos, armas de cualquier tipo o paquetes extraños.

Y por fin, luego de largas líneas y estrictas medidas de seguridad, llega el momento de abordar el barco que nos llevará a nuestro destino final.

El barco llamado "Miss Liberty" tiene tres niveles y una capacidad para más de 200 personas. Dentro de la nave acuática también hay un pequeño bar en donde puedes comprar refrescos, comida y hasta recuerdos del viaje.

El capitán del barco anuncia que nos tomará unos 15 minutos llegar hasta la isla en donde se encuentra la popular estatua, viajando a unas 20 millas por hora.

Atrás queda el muelle y otros cientos de turistas a la espera de su turno para abordar el siguiente barco.

Dentro del "Miss Liberty" cada persona intenta ubicarse en el mejor sitio tanto para disfrutar del viaje como de la hermosa vista.

La hermosa vista de la que hablo, es exactamente algo parecido a esto. La inmensidad de la ciudad de Nueva York, vista desde el rio Hudson es definitivamente una postal.

Fotografías del barco, de la ciudad, del rio, de lo que sea, los turistas quieren recordar cada instante del viaje.

Y por fin el primer encuentro con la mujer más famosa de Estados Unidos llegó. La Estatua de la Libertad justo frente a nuestros ojos.

Desde el barco, los turistas no pierden la oportunidad de capturar en sus imágenes a la señorial Estatua.

La isla está frente a nosotros, aún no arribamos pero la ansiedad por estar cerca de la Estatua de la Libertad impera en quienes estamos a bordo del barco.

El "Miss Liberty" arriba por fin a su destino final y es hora de salir del barco y pisar suelo firme.

Otro buen grupo de turistas, llenan de nuevo el "Miss Liberty" en busca de su regreso a Nueva York. Nosotros por el contrario, apenas iniciamos el recorrido.

Llegamos a nuestro destino final: La Isla de la Libertad, en donde iniciamos un nuevo, pero mucho más corto recorrido caminando, hasta estar frente a la inmóvil mujer por quien hemos venido.

La entrada principal de la Isla da la bienvenida al monumento de la Estatua de la Libertad, y nos anima a continuar nuestro camino.

Con solo $0.50 centavos puedes ver desde la Isla de la Libertad, los grandiosos edificios de Nueva York. Pero lo mejor está por llegar.

Antes de nuestro encuentro con la majestuosa estatua encontramos parte de su historia que dice que este monumento es obra del escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi y la estructura interna es en su mayor parte está hecha de cobre.

La Estatua de la Libertad fue un regalo de los franceses a los estadounidenses en 1886 para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y como un signo de amistad entre las dos naciones.

Los turistas también pueden subir hasta la cima de la estatua, desde donde también se puede observar el rio Hudson, pero es necesario reservar por lo menos con un día de anticipación. El precio del boleto original también varía para este servicio.

El 15 de octubre de 1924, la estatua fue declarada como monumento nacional de los Estados Unidos, mientras que desde 1984 está considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Caminar al rededor de la Isla de la Libertad puede tomar otros 15 minutos, por lo que seguramente necesitarás un pequeño descanso antes de seguir con el viaje.

Dentro de la isla, también hay un restaurante en donde puedes encontrar casi de todo, y una tienda para comprar recuerdos de tu visita al lugar.

Y finalmente le damos la última mirada a este monumento del que se encarga el Servicio de Parques Nacionales de EE.UU. desde el 10 de junio de 1933.

De nuevo en el barco nos despedimos de la Isla de la Libertad. Nuestra visita tomó aproximadamente una hora y media.

Atrás queda la pomposa Estatua de la Libertad. Miles de personas llegarán a ella y repetirán el camino, para nosotros es el final de un interesante recorrido.

"La libertad iluminando el mundo", es el nombre original de este monumento, desde la distancia y en nuestra despedida, comprendemos su significado. Hasta nuestro próximo encuentro.

Una de las mayores atracciones de Nueva York, es la pequeña isla en donde se encuentra la Estatua de la Libertad. Conozca el camino que debe seguir hasta llegar a este importante símbolo estadounidense.