Indígenas de Brasil realizan bloqueo para exigir ayuda contra el COVID-19

Miembros de la tribu Kayapo bloquean la carretera BR-163 durante una protesta en las afueras de Novo Progresso en el estado de Pará, Brasil, el 17 de agosto de 2020.

De acuerdo con la ONG Kabú, los indígenas son un blanco perfecto del coronavirus por sus precarias defensas inmunitarias y la desatención estatal histórica de que son objeto.

Indígenas kayapó mekragnoti, que habitan en el Amazonas, bloquearon con barricadas hechas de neumáticos y maderas la BR-163, principal arteria de distribución de la cosecha agrícola del centro-oeste de Brasil hasta los puertos fluviales de la Amazonía.

Los kayapó mekragnoti exigen al gobierno de Jair Bolsonaro más ayudas contra el coronavirus y el fin de la deforestación y la minería ilegal en sus reservas.

“Todos los indígenas necesitan ayuda”, explicó el cacique Beppronti Mekragnotire, por medio de su portavoz e intérprete Doto Takak-ire a medios locales.

Los manifestantes indígenas bloquearon una importante carretera transamazónica para protestar contra la falta de apoyo gubernamental durante la pandemia del COVID-19 y la deforestación ilegal en sus territorios y sus alrededores.

De los 1.600 habitantes de sus doce aldeas, 4 han muerto por el virus y hay unos 400 infectados, de acuerdo con datos de la ONG Kabú. La institución explicó que los primeros contagios surgieron por “el contacto de indígenas con poblaciones urbanas y por la presencia de mineros ilegales en sus reservas”.

Además la institución ha expresado que los indígenas son un blanco perfecto del coronavirus por sus precarias defensas inmunitarias y la desatención estatal histórica de que son objeto.

Cerca de 618 indígenas han fallecido y 21.000 ha sido contagiados por el coronavirus en Brasil, según la Articulación de Pueblos indígenas de Brasil (APIB), la cual culpa al gobierno de Jair Bolsonaro de omisión frente a la pandemia.

Brasil, país de 212 millones de habitantes (900.000 de ellos pertenecientes a los pueblos originarios), es el segundo país más afectado por la pandemia, con más de 107.000 muertos.

Los indígenas pidieron también al gobierno tome medidas para combatir la deforestación, principal causa de los incendios que golpean la región en la temporada seca, y la minería ilegal de oro.