Una niña de no más de 10 años no solo se inmoló sino que arrastró con ella a por lo menos seis víctimas y decenas de heridos al hacer detonar los explosivos que cargaba en el cuerpo.
Aunque no se ha producido una reivindicación inmediata de la autoría de los ataques lleva el sello impreso de la agrupación terrorista Boko Haram.
Según testigos la niña bajó de un taxi triciclo e hizo detonar la carga explosiva que llevaba pegada a su cuerpo frente a un puesto de celulares en el concurrido mercado de Potiskum al noreste de Nigeria.
Al inicio las informaciones confirmaron la muerte de cuatro personas más la niña, pero según reciente información de AFP dos personas más fallecieron en el hospital donde se están tratando a las decenas de heridos.
El ataque ha puesto de manifiesto una vez más el inmenso desafío de seguridad al que se enfrenta el país, que el 28 de marzo celebrará elecciones presidenciales y parlamentarias.
Mientras al mismo tiempo gobiernos extranjeros piden al actual presidente Goodluck Jonathan que aspira a la reelección un mayor compromiso en la lucha contra el grupo extremista Boko Haram, el cual ha sido subestimado por el gobierno nigeriano.
Parte del material de esta nota proviene de Ap y AFP