Pasada la euforia de la elección de Rio de Janeiro como sede de los Juegos Olímpicos de Verano 2016, Brasil vuelve a enfocarse en su desafío a más corto plazo: la Copa del Mundo de FIFA del 2014.
En particular, el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, la CBF, Ricardo Teixeira, realizó esta semana un recordatorio al gobierno federal, sobre la que en su opinión es la principal prioridad en materia de infraestructuras. "Tenemos tres prioridades para la Copa: aeropuertos, aeropuertos y aeropuertos", dijo Teixeira, al recordar que en Brasil "a menudo hay crisis en los aeropuertos y esa es una de nuestras grandes preocupaciones".
Teixeira que además de presidente de la Confederación de Fútbol, también preside el comité organizador del Mundial, se refirió al tema durante un evento realizado en Rio de Janeiro y que contó con la presencia de autoridades federales. El dirigente recordó que para la Copa del Mundo de Brasil 2014, "a diferencia de otras Copas, el transporte entre las ciudades aquí va a ser vía aeropuertos, a través de avión".
Las autoridades federales brasileñas están estudiando la construcción de un nuevo aeropuerto en las proximidades de Sao Paulo, debido a los problemas de congestionamiento que sufren el aeropuerto internacional de Guarulhos y el doméstico de Congonhas. Una opción que evaluan las autoridades aeroportuarias es la optimización del aeropuerto de Viracopos, en Campinas, ubicado a una hora de Sao Paulo.
También Teixeira reafirmó la decisión brasileña de mantener al estadio paulista de Morumbí como sede de la Copa del Mundo, a pesar de los cuestionamientos de FIFA que podrían impedir jugar el partido inaugural en el campo del Sao Paulo.
De esta forma aumentan las posibilidades de que la ceremonia de apertura y el partido inaugural se realice en otra sedes, en particular en Brasília, la capital del país o Belo Horizonte, en el suroriental estado de Minas Gerais.
Por su partido el partido final y la ceremonia de entrega de la Copa y clausura, es un hecho que se disputará en el mítico estadio Maracaná de Rio de Janeiro, que ya fue sede de la final del Mundial de 1950, donde el actual pentacampéon mundial perdiera la recordada final frente a Uruguay por 2-1, en lo que se convirtió en el histórico “Maracanazo”.