Obispos de Guatemala critican “suspensión injustificada de elección de Magistrados de la Corte Suprema”

Un hombre sostiene una bandera guatemalteca durante una demostración para exigir al gobierno que ponga fin a las medidas de confinamiento. Mayo 2020.

Los prelados llaman a las autoridades a actuar de forma rápida, responsable y a no dejar de lado los valores éticos que garantizan una democracia auténtica en Guatemala.

En una carta abierta, a los miembros del Congreso, la Corte Suprema de Justicia, la Corte de Constitucionalidad y el Ejecutivo, los miembros de la Conferencia episcopal de Guatemala (CEG) se pronunciaron por lo que consideran es una nueva “suspensión injustificada de la elección de Magistrados de la Corte suprema de Justicia”.

En un duro cuestionamiento a los poderes del Estado, los religiosos exigen “defender a toda costa la institucionalidad del país y sostener la separación de poderes delante de cualquier intento de manipulación o búsqueda de intereses personales o sectarios”.

La misiva, publicada en uno de los medios de prensa del Vaticano, explica que cada quinquenio desde 2009, la elección de los magistrados ha sido objeto de repetidas suspensiones, amparos provisionales y desafueros, lo que a su criterio y el de expertos tiene el único objetivo, el de “interrumpir un proceso que es trascendental para la lucha anticorrupción y la salvaguarda de los derechos humanos” de Guatemala.

La elección de 13 magistrados titulares y suplentes de la Corte Suprema de Justicia debía darse en octubre de 2019, pero la Corte de Constitucionalidad ha aplazado la elección en dos ocasiones aduciendo irregularidades en el proceso de designación.

Una situación similar ocurre con 200 jueces de salas de Apelaciones del Organismo Judicial los que debieron ser nombrados por el Congreso para un período de cinco años, sin embargo, debido a las disposiciones de la Corte de Constitucionalidad no han podido ser designados.

Ante tal panorama, los obispos cuestionaron directamente a las autoridades competentes citando: “¿consideran ustedes que reconocen la soberanía de la ley, evitando el peligro de retorcerla e interpretarla de acuerdo con sus intereses? Al fin de cuentas hoy por hoy el pueblo de Guatemala no sabe a ciencia cierta cuáles sean sus reales y verdaderos intereses”.