Faltan menos de 36 horas para el cierre del gobierno estadounidense y en el Congreso, encargado de votar medidas provisionales para evitarlo, reina aún el caos.
Este viernes, en la Cámara de Representantes, su presidente Kevin McCarthy logró llevar al pleno un proyecto para mantener temporalmente financiado al gobierno por 30 días.
Sin embargo, encontró vida muy breve, frente a las inflexibles oposiciones de los conservadores que se negaron a apoyarlo y entregaron una rotunda derrota a McCarthy.
A pesar de los drásticos recortes al gasto federal, ninguna ayuda a Ucrania y estrictas restricciones de inmigración exigidas por los conservadores, este pequeño grupo de republicanos, que da la mayoría a los republicanos en la Cámara, dijo que el proyecto propuesto no es suficiente.
Matt Gaetz, Conservador republicano de Florida dijo antes de votar: "De la noche a la mañana, en las últimas 11 horas, la posición fronteriza republicana se ha debilitado debido a esta resolución continua, por eso votaré en contra."
Estados Unidos, a menos que ocurra una sorpresa, entrará en cierre de gobierno después de la medianoche del sábado.
De hecho, si incluso la Cámara lograra aprobar una nueva propuesta en las próximas horas, la mayoría demócrata en el Senado no la apoyará.
Kevin McCarthy, Presidente de la Camara de Representantes, contestó a la pregunta de un reportero, quien le preguntó: "¿Cuál es el siguiente paso lógico?"
Y McCarthy: "Seguir trabajando y asegurarnos de que resolvamos este problema".
Además, la Casa Blanca dijo que cualquier medida que recorta el gasto recibirá el veto del presidente Biden, quien en junio alcanzó un acuerdo con McCarthy sobre el déficit y lo refrendó en una ley.
Shalanda Young, Directora de la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca dijo:
“Aprobamos una ley. No caí de espaldas en el bosque. No es un ejercicio de confianza. El 70% de los republicanos de la Cámara votaron a favor de un proyecto de ley. Por lo tanto, está más allá de la confianza. Tenemos una ley. ¿Qué más se supone que debemos hacer?”
El cierre podría tener enormes impactos en todo el país, desde los viajes aéreos hasta el suministro de agua potable en algunas comunidades. Muchas operaciones gubernamentales se paralizarían, mientras que los servicios considerados “esenciales” continuarán.
Por ahora un cierre de gobierno parece inevitable. La Cámara baja se encuentra en una posición extremadamente débil para negociar con el Senado, que ya avanzó con su propio plan bipartidista de financiación a corto plazo el jueves. Un plan que no recorta gastos, que sigue proporcionando ayuda a Ucrania y que hasta ahora la Cámara rechazó. Ahora los legisladores votarán otra vez el sábado, pero falta literalmente el tiempo material para lograr un resultado que evite el cierre.