Donald Trump acabó con décadas de reparos republicanos a la hora de apoyar abiertamente los derechos de los homosexuales.
La petición de Trump, en su discurso ante la Convención Nacional Republicana, de que se proteja a la "comunidad LGBTQ" fue un punto de inflexión para el Partido Republicano.
Es la primera vez que se ha planteado el tema en un discurso para aceptar la candidatura republicana a la presidencia.
Hace cuatro años, Mitt Romney no pronunció la palabra "gay", ni mucho menos el acrónimo completo, LGBTQ que engloba a lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, y personas con otras identidades sexuales y de género o están en proceso de determinarlas.
Sin embargo, Trump, como si quisiera asegurarse de que envía el mensaje, lo empleó no una sino dos veces.
"Haré todo lo que esté en mi poder para proteger a nuestros ciudadanos LGBTQ de la violencia y la opresión de una odiosa ideología extranjera", dijo Trump, añadiendo para más énfasis: "Créanme".
Si los delegados republicanos reunidos en Cleveland para nominar a Trump se vieron sorprendidos por la declaración, no lo demostraron. Vitorearon, con gran volumen.