Congreso y Obama enfrentados por refugiados sirios

El presidente defendió su plan después de que a última hora de este martes la Casa Blanca hablara por teléfono con más una treintena de gobernadores.

Obama dice que los conservadores están "asustados de que viudas y huérfanos vengan a EE.UU. como parte de nuestra compasión tradicional".

Una nueva batalla política se cierne sobre Washington con los planes del Congreso de aprobar este jueves un alto en el programa de asentamiento de refugiados iraquís y sirios en Estados Unidos, y la amenaza del presidente Barack Obama de vetarla.

El senador republicano Bob Corker, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, dijo que “alguien tiene que explicar claramente al pueblo estadounidense el proceso que se sigue antes de admitir refugiados”.

El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, también llamó a dejar de aceptar refugiados sirios, argumentando que no se puede permitir que los terroristas se aprovechen de la compasión del país.

De igual manera, una treintena de gobernadores, casi todos republicanos, se niegan a recibir a refugiados en sus estados, asegurando que al menos uno de los terroristas implicados en la masacre de París, que causó 129 muertes y más de 350 heridos, entró en Europa como parte de la ola de sirios que huyen de su país.

El presidente Obama rechazó esos argumentos.

“Nosotros no podremos tomar buenas decisiones si éstas están basadas en la histeria o en la exageración de los riesgos”, dijo.

A su vez prometió dar refugio “a al menos 10.000 refugiados que escapan de la violencia en Siria durante el próximo año, tras pasar los mayores chequeos de seguridad", según dijo en su cuenta oficial de Twitter.

Obama critica la "retórica" de los conservadores sobre la crisis de los refugiados, al acusarlos de estar "asustados de que viudas y huérfanos vengan a EE.UU. como parte de nuestra compasión tradicional".

El mandatario ordenó en septiembre la admisión de 10.000 refugiados sirios en el nuevo año fiscal, que comenzó el 1 de octubre, ante la crisis migratoria que afecta a Europa.