La Cumbre de las Américas normalmente recibe poca atención en Estados Unidos, pero este año será diferente debido a Cuba, que a diferencia de otros años, está invitada a la reunión en Panamá que comienza este viernes.
Funcionarios de Estados Unidos dicen que los presidentes Barack Obama y Raúl Castro se verán las caras por primera vez desde que ambos anunciaron medidas para normalizar las relaciones entre EE.UU. y Cuba.
La última Cumbre de las Américas en Cartagena, Colombia en 2012, es recordada por el escándalo en que se involucraron agentes del Servicio Secreto de EE.UU. con prostitutas.
Pero este año, la principal atracción se espera sea Cuba.
“Nuestro cambio de política hacia Cuba llega en un momento de renovado liderazgo en las Américas. Este abril, estamos preparados para tener a Cuba junto a las demás naciones del hemisferio en la Cumbre de las Américas”, dijo Obama.
Y es dando la bienvenida a Cuba como Estados Unidos espera renovar su liderazgo en América Latina –un papel que ha estado desvaneciéndose debido a lo que los analistas dicen es la debilidad económica de Estados Unidos y el creciente aumento de la influencia de China y de otros países en la región.
El aislamiento de Cuba por parte de EE.UU. ha sido un obstáculo para los gobiernos de América Latina durante años. En la cumbre de Cartagena, los líderes hemisféricos protestaron la exclusión de La Habana de estas reuniones.
Michael Shifter, que dirige el Diálogo Interamericano en Washington, dice que la invitación a Cuba es un gesto muy significativo.
“Tiene enorme simbolismo porque durante 50 años ha sido el país aislado por Estados Unidos, apretado por Estados Unidos, que no ha sido tratada como una nación soberana. Así que para los latinoamericanos, esto es muy, muy importante”, dice Shifter.
Pero los oponentes del acercamiento piensan que la participación de Cuba en la cumbre es un retroceso en los ideales democráticos en la región.
Frank Calzón, del Centro para una Cuba Libre dice que Cuba no ha hecho reformas democráticas y –a diferencia de Venezuela—no tiene un gobierno libremente electo.
“Hay una diferencia importante entre una democracia imperfecta que viola los derechos humanos y un régimen totalitario que tiene leyes que en efecto niegan, bajo su propia ley, los derechos humanos”, dice Calzón.
Los expertos aseguran que la presencia de Cuba a la mesa en Panamá es un paso enorme –así sea simbólico—en el largo camino al restablecimiento total de las relaciones entre los dos países.