Ocho suman los muertos en tragedia de Amtrak

El alcalde de Filadelfia, Michael Nutter describe como "temeraria" comportamiento del chofer del tren que sobrevivió a la tragedia.

El tren de Amtrak viajaba a 170 kilómetros por hora, el doble de la velocidad autorizada para entrar a una curva y los rieles no tenían la tecnología que hubieran obligado a frenarlo.

Según las últimas actualizaciones sobre el descarrilamiento del tren de Amtrak, el alcalde de Filadelfia confirmó que todos los que viajaban la noche del martes han sido contabilizado y que lamentablemente se sumó una persona más entre las víctimas fatales.

"Hemos contabilizado a todos los que iban en el tren esa noche y suman 243. Finalmente son ocho los muertos por esta horrible tragedia", dijo el alcalde Michael Nutter.

Al mismo tiempo se informó que el descarrilamiento pudo haberse evitado con tecnología que a partir del año próximo será obligatoria.

El tren viajaba a 170 kilómetros por hora, el doble de la velocidad autorizada para entrar a una curva, dijeron las autoridades de la Junta Nacional de la Seguridad en el Transporte (NTSB).

Según la NTSB, el conductor –que dos cadenas de televisión identificaron como Brandon Bostian, de 32 años— activó los frenos de emergencia "justo unos momentos antes" de que el tren descarrilase.

Los investigadores han dicho que el accidente pudo haberse evitado si los rieles hubieran tenido instalada tecnología de seguridad que el Congreso de Estados Unidos ha pedido se instale antes del fin de este año.

Dicha tecnología utiliza GPS, radio inalámbrico y computadoras para monitorear la posición del tren y puede aplicar los frenos automáticamente si el tren excede los límites o está en peligro de colisionar.

El alcalde de Filadelfia, Michael Nutter, calificó la actitud del maquinista "como mínimo, irresponsable", mientras que el gobernador de Pensilvania (estado en el que se encuentra Filadelfia), Tom Wolf, fue más prudente y consideró que antes de juzgar a Bostian, "necesitamos saber mucho más acerca de lo que ocurrió".

Siete de los vagones del tren regional de Amtrak número 188, que cubría la ruta entre Washington y Nueva York, descarrilaron en la zona de Port Richmond de Filadelfia.

El tren llevaba 238 pasajeros y 5 empleados, y en el accidente murieron 8 personas. Otras 200 tuvieron que ser hospitalizadas, aunque la mitad ya han recibido el alta.