CÚCUTA/COLOMBIA- En el ya lejano año 1977, una joven venezolana que solo aspiraba a tener su propio auto para ir a la escuela y a sus clases de tenis, saltó a la fama local al ganar la competencia anual Miss Venezuela. Y aunque mucho ha llovido desde entonces, Cristal Montañéz mantiene la elegancia, el brío de las mujeres que asumen la vida en grande y no descansan hasta dejar su huella.
En entrevista con la Voz de América, esta venezolana que emigró en la década de 1980 a Estados Unidos, contó sobre su vida y cómo pasó a ser de exitosa modelo a filántropa y activista de los derechos humanos, comprometida con causas que van desde el empoderamiento de las mujeres y hombres afganos en Pakistán hasta la dar alimentos a compatriotas que llevan la peor parte en la crisis que atraviesa su propia tierra: Venezuela.
VOA: ¿Qué pasaba en Venezuela en 1977 y cómo llega a la competencia de Miss Universo?
Cristal Montañéz (CM): Venezuela en ese momento era uno de los países más prósperos de América Latina, considerado una de las democracias más estables. Un país admirado en su modelo, que se usaba como ejemplo a replicar en ese momento. Nuestra industria petrolera, PDVSA, se consideraba la segunda más grande del mundo. En un país con las reservas más grandes del mundo, teníamos una extraordinaria compañía petrolera. Antes de que llegara el dictador (Hugo) Chávez, Venezuela experimentó un gran crecimiento, un gran desarrollo como el metro de Caracas (...) En el momento de Miss Venezuela, era un programa muy conocido y yo apenas acaba de cumplir 17 años cuando todo esto pasa. Yo tenía un objetivo en mente, tener un carro, porque yo iba a la universidad en autobús. No tenía licencia para manejar y quería un auto porque yo jugaba tenis (...)
Esa fue mi motivación para entrar en Miss Venezuela, no tenía la motivación de ser actriz, de ser directora, de trabajar en la televisión (...) Bueno logré tener mi carro. Pero detrás de eso vinieron una cantidad de aventuras como yo las llamo, extraordinarias en la vida. Una de ellas fue poder trabajar con los niños venezolanos en ese entonces, promover el tenis como un deporte popular cuando era elitesco en mi país en ese entonces. Inclusive tener el honor de haber trabajado con el ministerio de Educación y Deportes y participar en la inauguración de canchas populares por primera vez en mi país.
VOA: ¿Cómo pasa de ser modelo a activista de DD. HH.?
CM: En el momento en que me caso y decido venir a Estados Unidos fue el momento el corte de cambio. Ahí decidí que había que tener un cambio de trayectoria (...) Decidí ayudar a mi esposo en su trabajoy luego decidimos tener hijos.
En ese momento yo era una madre dedicada 100 % a mis niños"
Recueda Cristal Montañéz
CM: El trabajo humanitario continúa (desde entonces) continúa porque el ejemplo que me dieron en mi casa era precisamente eso. Mi mamá veía un pordiosero en la calle y se iba a la casa a buscar comida o a llevar una cobija si lo veía tapado con papel periódico, sin medir riesgos. A veces la regañaba por el riesgo y me decía: "Yo estoy haciendo el bien, a mi nadie me va a hacer el mal".
Yo ví ese ejemplo en mi casa y mis hijos desde pequeños fueron incorporados a los proyectos filantrópicos y de servicios comunitarios. En este momento mi nietecita, de 12 años, que es la mayor, es la embajadora de uno de los proyectos que yo dirijo, y la más pequeña está trabajando conmigo desde antes de cumplir 5 años.
Es el legado de mi mamá y mi abuela que yo lo transmití a mis hijos"
Cristal Montañéz
VOA: ¿Cómo resume su activismo en Pakistán?
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CM: Llego a Pakistán por el destino. Servía en la junta directiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) regional. Llega una familia de Pakistán y presenta la fundación Hashoo en EE. UU. Me invitan a la presentación de esta fundación pakistaní y conocí de su trabajo en proyectos para emprendimiento y el empoderamiento de mujeres afganas que han emigrado al país vecino. También la salud de mujeres y hombres, el trabajo con personas adictas a las drogas y la educación de los niños era parte del contenido de trabajo.
Después de ser invitada comencé a colaborar. Fui a Pakistán por una semana y me quedé cuatro meses. Quedé emocionada y enamorada del trabajo de la fundación. Logré incorporarme en un grupo de otra cultura, conseguí su respeto y decidí asumir el reto de dirigir la fundación aquí en EE.UU. La crisis venezolana requiere una respuesta de emergencia.
Lo hice por 15 años, hasta que vino la crisis venezolana y me puse a reflexionar que era el momento de ayudar a nuestra gente".
Cristal Montañez a la VOA.
VOA: ¿Cómo surge Hope Hope For Venezuelan Refugees?
CM: Cuando comienza el éxodo venezolano y comienza a crecer el flujo migratorio, una compañera venezolana y yo del Club Rotario de Houston, al cual pertenezco, creamos el proyecto Hope For Venezuelan Refugees para ayudar a responder en seleccionados puntos a la inseguridad alimentaria que afecta a cientos de miles de venezolanos. Fui a Colombia en agosto de 2018 a verificar las investigaciones que se habían hecho y a conocer a la gente con la que había trabajado digitalmente encontré que muchos tenían ansias de apoyar en la logística y en lo que fuera necesario para alimentar y dar albergues a los inmigrantes venezolanos.
Yo vi el techo y dije: 'ya entiendo por qué estuve en Pakistán por tanto tiempo (...) Este es un espacio donde puedo contribuir con nuestra gente, trabajando con nuestros hermanos colombianos."
Cristal Montañéz.
VOA: ¿El trabajo se centra en los inmigrantes venezolanos?
CM: A venezolanos y a colombiados retornados. En Colombia hay más de 500.000 colombianos retornados que están en la misma condición de los venezolanos, refugiados, migrantes y caminantes.
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VOA: ¿Cómo resume el trabajo con sus compatriotas?
CM: Hope For Venezuelan Refugees es un un proyecto de respuesta de emergencia a la inseguridad alimentaria y al hambre que afecta a los refugiados, migrantes y caminantes venezolanos, y pre COVID-19, a los retornados colombianos que en ese momento estaban saliendo de Venezuela.
VOA: ¿Qué opina del estatus legal de protección temporal por 10 años a los emigrantes venezolanos que ha anunciado el gobierno de Colombia?
CM: Colombia quiere integrar a los inmigrantes venezolanos al país, por lo cual felicito a Colombia y a su gente por aceptar a nuestra gente.
VOA: ¿Cómo sostienen económicamente el proyecto?
CM: Tuvimos la suerte de contar con un donante internacional, primero para un proyecto piloto (...) pero un proyecto que se inició por seis meses ya lleva de trabajo más de dos años. Estamos a punto de cerrarlo porque no sabemos si nuestro donante, que trabaja en 73 países del mundo, continuará apoyándonos.
El objetivo de la organización que nos apoya es llevar contenedores de comida, pero debido al COVID-19 no hemos podido entrar esos alimentos a Colombia.
VOA: ¿Un mensaje para venezolanos y colombianos?
CM: A los colombianos les quiero agradecer por haber abierto su corazón y las puertas de su país (...) A los venezolanos les recomiendo que sean embajadores de su país, que dejen el nombre de Venezuela en alto.