Las protestas laborales contra el gobierno en Bolivia se incrementaron este viernes, con el resultado de varios heridos, detenidos y la amenaza de los sindicatos de endurecer sus reclamos a partir de la próxima semana.
Las manifestaciones más violentas ocurrieron en Quillacollo, una población cercana a Cochabamba, 400 km al este de La Paz, donde los trabajadores lanzaron piedras, palos y petardos a la policía, que respondió con gas lacrimógeno.
La policía negó haber usado armas de fuego, después de que el dirigente sindical Víctor Quispe, dijera a la prensa que hay dos heridos de bala, uno de ellos de gravedad, entre los manifestantes.
Angel Camacho, otro dirigente sindical afirmó que más de 100 trabajadores fueron detenidos en Cochabamba. Camacho exigió su liberación.
La Central Obrera Boliviana (COB), la mayor unión de sindicatos del país, hasta ahora ha sido aliada del gobierno, convocó a una huelga de 72 horas a partir del miércoles, que se había llevado a cabo sin incidentes con cortes de ruta y marchas en cinco de los nueve departamentos del país.
El COB rechaza un decreto que cerró una fábrica estatal textil con 800 trabajadores y la modificación de leyes sobre el funcionamiento de empresas públicas, pensiones y derechos de funcionarios públicos.
El gobierno dice que la paralización de labores fue un fracaso. Respecto a las protestas del viernes, el Ministerio del Interior informó en Twitter que hay 5 policías heridos en Cochabamba.
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