La Reserva Federal aumentó el miércoles su tasa de interés referencial por segunda vez en lo que va de año e intimó que podría aumentarla nuevamente debido al crecimiento económico sostenido y las presiones inflacionarias.
El banco central estadounidense vaticinó ahora que este año aumentará la tasa cuatro veces, en lugar de tres como preveía antes.
La tasa de interés queda aumentada en un cuarto de punto porcentual para situarse en una franja de entre 1,75% y 2%. La medida refleja la solidez de la economía, la fortaleza del mercado laboral y la inflación que finalmente se acerca al nivel anhelado por la institución.
La nueva tasa de interés significa que empresas y consumidores tendrán que pagar más por sus préstamos.
Es la séptima vez que la Fed aumenta la tasa de interés desde que empezó a restringir el crédito en el 2015. La última vez que la tasa fue incrementada fue en marzo.
La última vez que la directiva del banco central se reunió, en mayo, dejó sin alterar la tasa de interés. Pero apuntó que la inflación estaba acercándose a su meta de 2% tras estar durante años muy por debajo de lo deseado. Si la inflación repunta, la Fed podría verse obligada a restringir el crédito aun más.
El aumento de la inflación coincide con una nueva robustez económica. Tras años de crecer un tímido 2%, se calcula que la economía estadounidense este año podría expandirse en un 3% o más, en parte debido al gasto de empresas y consumidores en base a la reducción de impuestos aprobada por los republicanos en el Congreso a fines del año pasado.
Las empresas han estado contratando constantemente, a tal punto que el desempleo ha bajado a 3,8%, un nivel que no se veía desde 1969.
Desde el 2008, cuando la crisis financiera global estaba tocando fondo, la Fed mantenía casi en cero la tasa de interés lo que duró casi siete años. A partir de entonces la aumentó una vez en el 2015, una vez en el 2016, tres veces en el 2017 y dos veces en lo que va de año.